Lo que empezó siendo una urbanización de alto standing en las faldas del monte Segaria hace ya 40 años, ha terminado siendo una pesadilla para muchos de los residentes europeos que compraron una vivienda en Monte Pego, cuya gestión está dividida entre los municipios de Dénia, Pego y el Ráfol de Almunia.

Las quejas provienen de las viviendas situadas en las zonas de Dénia y Ràfol de Almunia, cuyos ayuntamientos, según afirman los residentes, no ofrecen servicios de basura ni han mejorado las infraestructuras desde hace años. Para poder deshacerse de los residuos, muchos de los vecinos deben subirse a su coche y recorrer varios kilómetros hasta la zona habilitada, situada en el término de Pego. A pesar que las reclamaciones se han enviado a Dénia y Ràfol de Almunia, ha sido el equipo de gobierno pegolino quién ha tomado la iniciativa para solucionar el problema. Según explicó ayer la concejal de Medio Ambiente, Laura Castellà, el ayuntamiento ha mantenido contactos con su homólogo en Dénia para ampliar los servicios de limpieza que ya presta en su término, a cambio de compartir los gastos. Castellá apuntó que todavía están esperando la respuesta del gobierno dianense.