La medida consiste en instalar unos pequeños paneles en diferentes puntos del casco urbano para detectar la presencia de estos mosquitos y detener su proliferación. Según indicó la edil, se trata de una actuación de prevención, en la que se busca acabar con los huevos que ponen los insectos en las zonas dónde se concentra agua estancada. Castellà explicó que al contrario de los mosquitos habituales, aquellos presentes en las zonas de naranjos, el mosquito tigre no puede ser exterminado con fumigaciones, puesto que no le afectan. Algunos vecinos del municipio ya han sufrido las consecuencias de la picadura de este mosquito, aunque la edil asegura, que de momento han sido muy pocos los casos.