Un tribunal ha impuesto penas de cárcel y multas a una docena de acusados por vender joyas previamente robadas por menores a sus padres en diferentes localidades de la Marina Alta. La sección segunda de la Audiencia de Alicante ha impuesto a cinco de los procesados penas de multas que ascienden a 180 euros por un delito de receptación, ya que eran los que se encargaban de revender los objetos y pagar una parte a los jóvenes que las habían sustraído. A otros siete sospechosos el tribunal los considera autores de delitos contra la salud pública por la venta de estupefacientes a los mismos menores y les impone penas que van entre el año y los diez meses y los tres años de prisión.

La sentencia, resultado del acuerdo entre fiscalía y defensas, recoge la absolución de otros dos acusados y la aplicación de la atenuante de drogadicción para la mayoría de ellos. Los hechos ocurrieron entre octubre de 2011 y mayo de 2012, periodo en el que los condenados por el delito de receptación (compra de efectos sustraídos a sabiendas) llevaron las joyas robadas por los menores a establecimientos de venta de oro ubicados en Pego. El beneficio obtenido se repartía con los menores, quienes dedicaban esas cantidades a comprar marihuana al otro grupo, responsable de un delito contra la salud púbica.