La ciencia de levantar muros de piedra en seco no se aprende en un día. Los propietarios de terrenos agrícolas de Benissa por donde pasa el gasoducto de la Marina Alta no se sorprenden mucho de que los márgenes que reconstruyó la empresa del gas, Redexis, empiecen a sufrir desprendimientos. Y la imagen es curiosa: los muros centenarios aguantan con solidez mientras que los tramos reconstruidos se caen a trozos.

Los concejales de Compromís llevaron al último pleno una propuesta para que el ayuntamiento canalice las reclamaciones de los propietarios agrícolas. La construcción del gasoducto (las obras del tramo sur, el que acaba en Calp, se terminaron hace algo más de un año) obligó a desmantelar muchos tramos de antiguos muros. La orografía es aquí accidentada y los agricultores la suavizaron con abancalamientos. La empresa reconstruyó los muros. A simple vista, además de por las balizas que señalizan por dónde va el gasoducto, el trazado se intuye por el color más claro de la piedra nueva. En seguida se comprobó que los flamantes muros no tenían los cimientos tan arraigados en el terreno como los antiguos. Los desprendimientos se han agravado con las últimas lluvias.

El pleno aprobó la moción de Compromís. El alcalde, Juan Bautista Roselló, del PP, se comprometió a trasladar las reclamaciones a la empresa Redexis Gas y a hacer fuerza para que se ponga manos a la obra y repare los muros caídos. Al mismo tiempo, los técnicos municipales elaboraran un informe que apoye las reivindicaciones de los agricultores.

El paisaje de márgenes de piedra en seco es característico de la Marina Alta. Estos muros se empezaron a construir ya en la prehistoria. En el Alt de Benimaquia, en el Montgó, se levantaron los primeros márgenes en el siglo VI antes de Cristo. En los siglos XVII y XVII, las escalonadas terrazas de cultivo dulcificaron la abrupta geografía de la comarca.