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Sombra del franquismo

El Mercat de Xàbia mantiene una placa de Franco

La inscripción que figura en la última piedra del edificio, colocada en 1946, está desgastada pero aún se lee la alusión al «invicto caudillo»

La placa de piedra está en el interior del mercado municipal. a. p. f.

Xàbia no termina de sacudirse la sombra del franquismo. El actual gobierno local, del PSPV, ha anunciado que retirará los escudos preconstitucionales y los yugos y flechas de un dosel de piedra tosca que, construido en 1954 y de estilo neogótico, cubre una cruz de los caídos. Un maestro tosquero debe extraer esos símbolos de la dictadura. Pero no son los únicos.

En el Mercat Municipal, nada más entrar por la puerta de la plaza Celestino Pons, se puede observar una placa de piedra desgastada en la que se adivinan muchas letras apelotonadas. Lo que sí se lee con claridad es el nombre del dictador, ya que se grabó en caracteres más grandes.

La inscripción alude a que la última piedra de este mercado de grandes arcos apuntados se colocó en 1946. El edificio se levantó en el solar que antes ocupaba el convento de las Agustinas, destruido durante la Guerra Civil. Indica que esa piedra la puso el entonces gobernador civil de Alicante José María Paternina (un colegio público de Calp todavía lleva el nombre de este cargo de la dictadura). El alcalde de Xàbia era Jaume Cruañes Bover. La placa detalla que la obra del mercado de abastos se terminó en el año 1946 de «la era cristiana» y en el décimo de «la jefatura del estado del invicto caudillo Francisco Franco Bahamonde».

Hace más de una década sí se quitó de una de las paredes exteriores del mercado un escudo de tosca con un aguilucho (águila imperial) franquista. Pero se dejó la placa, que pasa bastante desapercibida. La mayoría de los vecinos ni sabe que existe.

El franquismo también dejó privilegios difíciles de borrar en el litoral local. Los descendientes del ministro de Hacienda entre 1957 y 1965, Mariano Navarro Rubio, aún disfrutan del chalé que su padre levantó en el dominio público marítimo terrestre. Mientras, el ayuntamiento logró en 1987 tras un largo pleito que el Supremo anulara las ventas que efectuó en 1959 de terrenos costeros a influyentes cargos franquistas. Cada uno pagó diez mil pesetas por un buen pedazo del litoral de tosca del Muntanyar.

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