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Xàbia

Investigan si el polvo desperdigado en una senda del Montgó es veneno

La policía recoge muestras de los montoncitos blancos para analizarlos - La estricnina, que es el tóxico más temido, suele estar en cebos de carne

Investigan si el polvo desperdigado en una senda del Montgó es veneno a. p. f.

La Policía Local de Xàbia recogió ayer muestras del polvo blanco que, repartido en montoncitos, ha aparecido en la senda que sube desde la partida del Pujol a la Plana del Montgó. En todo el tramo de senda, por el que suelen pasear vecinos con sus perros, había unos veinte rodales de polvo. La porción era pequeña. A numerosos excursionistas les extrañó ver estas manchas blanquecinas. Los que iban con sus perros inmediatamente los ataban, dado que temían que pudiera tratarse de algún tipo de veneno. El hecho de que las manchas de polvo estuvieran calculadamente desperdigadas (cada 20 metros había un rodal) acrecentaba esta sospecha.

Sin embargo, en el parque natural del Montgó (esta senda está dentro del espacio protegido), hace al menos una década que no aparecen cebos de veneno ni lazos (trampas que estrangulan el miembro del animal que queda atrapado). El veneno más temido es la estricnina, que puede causar mortalidad en la fauna salvaje, así como en los perros de vecinos y excursionistas. Pero este tóxico no se suele esparcir en la montaña, sino que se introduce en cebos de carne para atraer a los animales y que lo ingieran. En este caso, en cambio, los animales, como mucho, podrían acercarse y olisquear el polvo. Si se tratase de estricnina inhalarlo también podría provocarles una intoxicación.

La policía dispondrá del resultado del análisis mañana. Los agentes recogieron en una bolsita una muestra que han llevado a analizar a un laboratorio. De momento, no hay denuncias de dueños de mascotas que se hayan podido intoxicar en esta zona. Eso sí, el polvo, por su tonalidad todavía muy blanquecina, se debe haber arrojado hace pocos días.

Esta senda sube desde los chalés del Pujol, próximos al núcleo urbano de Xàbia, a la Plana, una zona del Montgó donde hay numerosas viviendas rurales. Una hipótesis es que el polvo pudiera ser raticida. Pero tampoco ha habido quejas por parte de los propietarios de chalés de la proliferación de roedores.

En las últimas semanas, en la Marina Alta, sí se han encontrado trampas prohibidas cerca de la pedanía de Pamis, en Ondara. Eran cepos de metal en los que quedó atrapado algún perro que sus dueños sacaron a pasear. Y el pasado mes de febrero murieron siete canes al ingerir cebos de veneno (bolas de pescado salazonados) en partidas rurales de Gata, Jesús Pobre y Dénia. La ponzoña que contenían era Aldicarb, un plaguicida de elevada toxicidad y más fácil de conseguir que la prohibida estricnina.

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