La Casa del Mayorazgo de Ondara, un palacete fortificado construido a mediados del siglo XIX, ha mudado su piel. Ahora muestra con más fiereza su vena guerrera. Su fachada, desde antiguo dulcificada con un enlucido y enjalbegada, ha dejado al descubierto la piedra de sus recios muros.
Los obreros, tras retirar el andamiaje que ha sostenido la fachada mientras se llevaban a cabo las obras de restauración de este caserón privado, han picado el yeso de la fachada. Todavía, en el tramo del garitón, queda algo de enlucido que los trabajadores retirarán en los próximos días. La rehabilitación está en su recta final. Se ha sustituido el tejado, que amenazaba con venirse abajo totalmente. Las obras también han tenido su punto polémico. Hace un año se arrambló con el interior de este BIC. Se derribó una capilla neoclásica que, es cierto, estaba muy deteriorada y también se eliminaron los estucos y acabados igualmente neoclásicos que le conferían a esta Casa Forta aire de palacete urbano.
El propietario inició la rehabilitación después de que en 2012 el ayuntamiento declarara el inmueble en ruina. El PP, que entonces estaba en el gobierno, intentó adquirirlo. El dueño se lo ofreció por 250.000 euros. Pero la operación no cuajó. La oposición (PSPV y Bloc) votó en contra. Y el PP reculó dado que temía que se le recriminara que adquiría un edificio que era propiedad de un expresidente local de este partido. Ahora gobiernan PSPV y Compromís. Adquirir esta casa fortificada no es una prioridad.
La nueva piel de piedra desnuda contrasta con el enlucido de color ocre que mantiene el palacio fortificado contiguo (en realidad es todo un conjunto, pero el edificio se dividió hace años). La nueva fachada, con ese aspecto agreste,chirría en un conjunto urbano de casas enlucidas y encaladas.
