Los dueños de los dromedarios que fueron una de las atracciones de la feria medieval de Dénia hasta que el domingo el alcalde ordenó que se suspendiera tras un incidente en el que dos niñas resultaron heridas afirmó ayer que los animales no se desbocaron. Francisco Vento aseguró que fue la niña que sufrió la rotura de fémur la que se metió debajo de las patas de uno de los dromedarios. «El animal notó que tenía un bulto debajo y, por instinto, saltó», dijo. El incidente ocurrió cuando el camélido era paseado de la brida por uno de los responsables de la empresa. La pequeña, de 6 años, fue operada el jueves en el hospital de Dénia. Vento sostuvo que la otra niña no recibió un mordisco leve, sino que tropezó con el animal y se cayó al suelo. Afirmó que el dromedario, en ese momento, estaba atado en el lugar asignado para ello por el consistorio.