Los políticos de Xàbia no quieren ganarse el cielo con la subvención anual que dan a las dos parroquias del pueblo, la de Sant Bertomeu, del siglo XVI y situada en el centro histórico, y la de la Mare de Déu de Loreto, de moderna arquitectura y el monumento más descollante del núcleo marinero de Duanes (el puerto). Cada una de estas parroquias recibe 2.000 euros al año, como figura en el listado de convenios municipales que el ayuntamiento ha hecho ahora público. Pero no es dinero que los ediles aporten porque son muy devotos (alguno sí lo es). Las parroquias tienen que corresponder y facilitar que sus templos atraigan a turistas.

De hecho, el objeto del convenio es cristalino. Obliga a abrir de 10 a 13 horas ambos templos con «la finalidad de que puedan ser visitados por todas aquellas personas interesadas, ofreciendo de este modo más posibilidades al turismo y ampliando la oferta cultural y turística del municipio».

La iglesia de Duanes sí cumple ese horario de visitas. Pero la del pueblo, una joya del gótico valenciano y con una traza fortificada que todavía la hace más atractiva, siempre echa la llave antes de las 13 horas.

Además, ese horario se antoja estrecho. Muchos turistas que suben al casco antiguo o van al puerto a comer se dan de bruces con la puerta cerrada de estos templos.

El convenio también establece que «los propios sacerdotes y feligreses» deben abrir y cerrar estas iglesias, así como «controlar y acompañar, si es necesario, a las personas que las visiten». Y precisa que, dado que esa función la llevan a cabo los curas y feligreses, el dinero de la subvención municipal se destinará a «obras benéficas».

Los sacerdotes no hacen de cicerones. Y tampoco los feligreses esperan en la puerta de los templos para guiar a los turistas. Otros templos como el Santuario de la Mare de Déu dels Àngels, en la Plana del Montgó, tampoco tienen horario de visita.