El Ayuntamiento de Calp, gobernado por el PP y dos grupos independientes, va al revés del mundo. Mientras los municipios se afanan en retirar símbolos franquistas y cumplir la Ley de Memoria Histórica, este consistorio ha coqueteado con dedicar calles a los cuatro primeros alcaldes de la dictadura de Franco. Eso sí, el alcalde, el popular César Sánchez, que también es presidente de la Diputación de Alicante, reculó en cuanto empezó a barruntar la polémica. Dijo que había sido un «error» incluir en el orden del día del pleno del próximo martes un punto para bautizar cinco viales de la partida Borumbot. Uno llevaba el nombre del último alcalde de la Segunda República, Joaquín Tur Querol, quien ocupó el cargo desde septiembre de 1936 hasta finales de la Guerra Civil. Y las otras cuatro calles recordaban a los primeros cuatro munícipes nombrados por el régimen de Franco. Fueron Antonio Mulet Ferrer (estuvo al frente de la junta provisional nombrada por la dictadura el 30 de mayo de 1939), Desiderio Rodríguez Sánchez, Miguel Femenía Baidal y Jaime Perles Ferrer.

Pero estos cuatro primeros alcaldes franquistas no entrarán, finalmente, en el callejero. En la tarde de ayer, Sánchez dijo primero que antes del pleno celebraría una junta de portavoces. Aseguró que si no lograba el apoyo unánime de todos los grupos retiraría la propuesta. Esa opción no iba a ninguna parte. La oposición ya había dejado claro en la comisión informativa que rechazaba dedicar calles a los alcaldes.

Así las cosas, al popular no le quedó otra que reconocer su «error» y retirar el punto.

En todo caso, la concejala de Territorio, Ana Sala, del PP, sí llevó la propuesta a la comisión informativa. Allí dijo que al dedicar calles a los alcaldes se rendía un homenaje a la institución.

El gobierno local había elegido un criterio bien curioso para rotular los nuevos viales. Se inspiró en la galería de retratos de alcaldes del salón de plenos. Cogió a los cinco primeros. El retrato más antiguo es el del mencionado Joaquín Tur, el último munícipe de la república. La galería acaba, curiosamente, con su nieto, Ximo Tur, quien fue alcalde por el Bloc desde octubre de 2008 hasta las elecciones de 2011.

En esa galería, están todos los munícipes de la dictadura. Además de los cuatro que se sucedieron en el cargo hasta finales de 1940, hay otros diez. Entre los de la democracia, figura Javier Morató, que fue alcalde del PP y está imputado por el caso Brugal y condenado por delito fiscal.

Rechazo de la oposición

La propuesta de las calles generó más que reticencias entre la oposición. El portavoz del PSPV, Santos Pastor, se mostró ayer contrario a homenajear a los alcaldes simplemente por serlo.

Mientras, el portavoz de Compromís, Ximo Perles, rechazó que se dedique una calle a munícipes «nombrados por un régimen que no tenía ninguna legitimidad democrática». Lamentó que el gobierno hubiera dejado pasar la oportunidad de abrir un proceso de participación ciudadana para elegir la denominación de las calles. Sostuvo, además, que su partido prefiere nombres «neutros».

«Podemos elegir, por poner dos ejemplos, entre nombres de gremios o de árboles mediterráneos», dijo Perles, que subrayó que no era partidario de meter a todos los alcaldes en el mismo saco y darles una calle porque sí.