Los flamencos están desconcertados. El inusual calor de este invierno, seco y con temperaturas más propias de la primavera, ha alterado sus hábitos migratorios. Estas aves no han necesitado viajar muy al sur para ponerse a salvo del frío invernal. 115 flamencos rosados (Phoenicopterus ruber roseus) han optado, según precisó ayer el Ayuntamiento de Calp, por pasar el invierno en el humedal de les Salines.

Habitualmente migran desde la Camarga francesa hasta Garaa Ezzemou, en Argelia. En les Salines, hacen escala. Pero este año se han quedado a medio camino. Los ejemplares que se han quedado en la laguna de Calp están anillados. Así se ha podido comprobar que uno de estos flamencos tiene 17 años.