Mientras en otros pueblos proliferan las gaviotas patiamarillas, en el núcleo costero de Moraira la invasión que llega del cielo es de palomas. El Ayuntamiento de Teulada advirtió ayer de que ha recibido un alud de quejas de los vecinos. La colonia de palomas de Moraira crece sin parar. De ahí que el consistorio se tome muy en serio el control de su población. Ya ha empezado a colocar trampas en algunas azoteas para capturar vivos a los ejemplares que en este núcleo litoral viven a sus anchas.

Las palomas, de hecho, tienen exceso de alimento y de agua. No hay depredadores que las inquieten. Y cuentan con huecos de sobra en las fachadas donde anidar.

La concejalía de Medio Ambiente de Teulada ha pedido a los vecinos que se impliquen en poner freno a la invasión de estas aves. Reclama que no se dé alimento ni agua a las palomas, ni de forma directa en la vía pública (es habitual tirarles migas de pan) ni dejando residuos de comida en balcones, terrazas, azoteas o parques. La concejalía advierte a los vecinos de que dejar alimento puede, además, atraer a otros animales, como ratas, cucarachas o gaviotas.

La campaña también hace un llamamiento a que se conserven en buenas condiciones las viviendas y las fachadas para no facilitar puntos donde las palomas puedan anidar.