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Urbanismo

Benitatxell hace borrón y cuenta nueva con su PGOU

El consistorio empezará de cero tras constatar que el Plan General que ahora se expone al público obvia informes preceptivos y se toparía con el «no» del Consell

Benitatxell hace borrón y cuenta nueva con su PGOU

El Poble Nou de Benitatxell volverá a empezar de cero. El nuevo Plan General, que debe jubilar las desfasadas Normas Subsidiarias de 1987, se atraganta. Un informe del abogado municipal ha desvelado que el documento redactado por la empresa San Juan Arquitectura, S. L., está más que cojo. Carece, indica el letrado, de informes preceptivos de varias conselleries y direcciones generales. Obvia también el estudio de paisaje que debe corregir el impacto visual y paisajístico de urbanizaciones consolidadas. Tampoco incluye el estudio de inundabilidad ni el plan municipal de movilidad. Y ni siquiera concreta los recursos hídricos disponibles.

El abogado advierte de que la propuesta de Plan General no se adapta al documento de referencia (ahora llamado documento de alcance) aprobado por la Comisión de Evaluación Ambiental (depende de la conselleria de Medio Ambiente) en abril de 2014. El equipo redactor ha eludido la obligación de trazar un corredor verde que conectara la Serra de Bèrnia con el LIC de Penya-segats de la Marina.

Tampoco, precisa el abogado en su informe, establece un perímetro de protección para los elementos patrimoniales protegidos. Y, pese a que el litoral del Poble Nou de Benitatxell y las laderas del Puig de la Llorença son muy escarpados, el nuevo Plan General tampoco contempla el preceptivo estudio geotécnico de riesgo de desprendimientos.

El dictamen de los servicios jurídicos municipales es, por tanto, demoledor. El Plan General, pese a que incluso se ha sometido a información pública, debe revisarse de arriba a abajo. De lo contrario, se toparía con el «no» del Consell.

Rescindir el contrato

De ahí que el abogado plantee dos alternativas. La primera es revisar a fondo la documentación y presentar un PGOU (es todavía el planeamiento estructural) «coherente» y que «incorpore todos los estudios necesarios y obligatorios». Y la segunda es hacer borrón y cuenta nueva. El letrado se inclina por esta última. La corporación también ve claro que es la mejor opción. El ayuntamiento comenzaría de cero. Rescindiría el contrato con el estudio de arquitectura y, con unas bases que primen la solvencia técnica, licitaría el nuevo contrato de redacción del PGOU estructural.

Para el consistorio hay prisa. Las Normas Subsidiarias de 1987 responden a un urbanismo de manga ancha y de otra época. Urge caminar hacia el proteccionismo.

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