La línea de la incompatibilidad es, una vez más, muy difusa. El arquitecto urbanista Luis Hernández ha enviado un escrito al alcalde de Orba, Ignasi Cervera, de Compromís, en el que le comunica su renuncia al contrato municipal para revisar la Normas Subsidiarias en el casco antiguo y el núcleo tradicional de Orbeta. El pleno del pasado 26 de febrero dio luz verde al contrato con este profesional que logró en 1983 el premio nacional de urbanismo por el PGOU de Madrid. Fue uno de los arquitectos invitados a una adjudicación convocada para salvar la idiosincrasia urbana de Orba y Orbeta.

A partir de ahí se desató la tormenta. Luis Hernández es pareja de la edil Asunción Tarrasó, que forma parte del gobierno de Compromís. Desempeña, entre otras, las concejalías de Educación y Cultura. También ejerce de tesorera.

PP y PSPV votaron en contra de la adjudicación. Los socialistas presentaron un recurso de reposición. Advertían de que este arquitecto, por ser compañero de una concejala, no puede contratar con el ayuntamiento.

Hernández, que es experto en bioconstrucción, no cree que exista incompatibilidad. En su escrito de renuncia, se muestra convencido de que «el proceso de adjudicación ha sido impecable». Augura que el recurso del PSPV no haría camino en los tribunales. «No hay conflicto de intereses», asegura, y recuerda que «mi cónyuge se ausentó cuando se debatió y votó mi contratación».

Este arquitecto subraya que lleva 37 años redactando trabajos urbanísticos en todo el Estado. Sostiene que siempre se aprobaron por unanimidad. De hecho, atribuye su renuncia no a una posible incompatibilidad, sino al «clima de poco entendimiento». «No quiero trabajar para un ayuntamiento en el que no existe unanimidad a la hora de contratar y aprobar un trabajo de urbanismo»», sostiene. También insiste en que si ganó el concurso fue por su currículo profesional y no por ser compañero de una concejal del equipo de gobierno.

Sea como fuere, lo que urge es evitar en el centro histórico de Orba y en Orbeta actuaciones urbanísticas poco atinadas. El gobierno local promovió este concurso para modificar las obsoletas Normas Subsidiarias y preservar dos cascos urbanos de gran valor arquitectónico. En Orbeta, suspendió en septiembre licencias de obra.