A la campaña para acabar con las cacas de perro en las calles le faltaba que las multas se pusieran al día. Hasta ahora eran calderilla. La actual ordenanza de convivencia ciudadana, aprobada en 2009, establecía sanciones de 200 euros. Ensuciar la calle era una falta menor, leve. Ahora, ante la dimensión del problema de los excrementos (se calcula que cada día se dejan sin recoger 5.200 deposiciones), el ayuntamiento se pone más duro.

El gobierno local (PSPV y Compromís) llevará al pleno del próximo jueves un cambio en la ordenanza. La multa se sube a 400 euros. Esa misma cantidad se impondrá a los vecinos que lleven sueltos a sus perros por la ciudad.

Estas dos actitudes incívicas se considerarán a partir de ahora faltas graves.

Mientras, la campaña Dénia sin cacas trata de involucrar a toda la población en combatir un problema, el de los excrementos, que es un fastido para todos los vecinos y daña la imagen turística.