«Ha llovido una hora y está todo inundado. Vengo de Asturias y allí llueve todos los días y no pasa nada». Una turista asturiana, que caminaba por la avenida Juan Carlos I de Calp con el agua más arriba del tobillo, se sorprendía ayer de que una tromba de agua baste par anegar las calles de este municipio. En Dénia, en las avenidas Joan Fuster y Saladar y en el Grupo San José, ocurrió tres cuartos de lo mismo.

Las precipitaciones dejaron picos próximos a los 50 litros por metro cuadrado. En la estación del Montgó, en Xàbia, se registraron 49,8 l/m2, mientras que en la de Chabàs, en Dénia, se alcanzaron los 47,8. La lluvia también fue intensa en Ondara y Pego.

El aguacero obligó a los socorristas de Calp a cerrar las playas de la Calalga y el Borumbot, dado que se produjeron desprendimientos en el acantilado. También prohibieron el baño en el Arenal. El caudal del barranco del Pou Roig, que desemboca en esta última playa, empezó a crecer de súbito. Al final de la mañana, se reabrieron el Borumbot y el Arenal. Sin embargo, la Policía Local ordenó que se precintara el tramo de acantilado de la Calalga donde hay más riesgo de derrumbe. Esta cala se mantiene cerrada. Ya en otras ocasiones ha sufrido desprendimientos y un tramo de la calle junto al acantilado lleva años vallado.

Mientras, en Xàbia, la Cruz Roja prohibió el baño en el Arenal y el Portitxol. Las corrientes eran fuertes y peligrosas. Cerca del cabo de Sant Antonio, se formó una espectacular manga marina.