Calas colapsadas de coches, grutas marinas como la Cova Tallada hasta los topes de bañistas y cimas como la ahora reabierta del Penyal d´Ifac abarrotadas de senderistas. La Marina Alta también empieza a dar este verano síntomas de masificación turística. No le va muy a la zaga a las Baleares. Y la saturación también se empieza a observar en el mar. Este fin de semana la costa de la Marina Alta, sobre todo la de las pequeñas calas de Xàbia, el Poble Nou de Benitatxell, Moraira y Benissa, se llenará de embarcaciones de recreo, motos acuáticas y piraguas. En Xàbia, la cala de la Sardinera ya estaba ayer invadida de barcas. Esta tranquila ensenada todos los veranos atrae a muchos navegantes, que fondean prácticamente durante todo el día.

Pero lo de ayer y lo que está por venir el fin de semana sobrepasa con mucho lo de otros años. Más de doscientas embarcaciones echaron el ancha en este tramo costero. La cala, en tierra, es bastante tranquila, ya que hay que pegarse una buena caminata por la senda para llegar hasta ella. Pero en el mar es todo bullicio. Unas barcas abarloan junto a otras y sus tripulantes saltan de borda a borda. La costa está moteada de barcos.

Aunque ayer parecía que ya no podía entrar ni un barquito más, este fin de semana todavía llegarán más y dejarán caer el ancha sobre estos valiosos fondos marinos. El turismo ha soltado amarras este año y lo invade todo, incluido el mar.

Por otra parte, los turistas se las saben todas. En la playa de la Fossa, en Calp, los bañista han empezado a acudir este verano con grandes toallas para ocupar así más espacio. En esta playa hay «sombrilleros». Respetan, eso sí, los dos metros libres que han de dejar en la orilla. Se ven las sombrillas y hamacas solitarias. Y ahora llaman la atención esas toallas de tamaño XXL con la que los turistas se reservan un buen rodal de playa.