Nadie quiere volver de sus vacaciones en Dénia y Xàbia sin haber visitado esa gruta tallada a cincelazos del litoral del cabo de Sant Antoni. La Cova Tallada está de moda. La senda que lleva hasta ella (la que parte de les Rotes de Dénia, ya que la que baja desde la Plana de Xàbia se utiliza muy poco) es, sin embargo, peligrosa. Además, moverse dentro de la cavidad también es complicado, ya que las piedras, por la humedad, resbalan muchísimo. Y muchos excursionistas no llevan calzado adecuado y van cargados hasta con neveras. Piensan, equivocados, que llegar a la Cova Tallada es coser y cantar.

El riesgo de esta excursión y la ligereza de los turistas están provocando que se disparen los accidentes y los rescates en este tramo litoral. En la tarde de ayer, una mujer de 58 años, vecina de Madrid, quien realizaba la ruta con su marido, sufrió un traspié en el interior de la ruta y se lesionó el tobillo. Se temía que se lo hubiera fracturado. El caso es que no podía dar ni un paso más. El operativo de rescate se puso en marcha inmediatamente. Intervinieron la Cruz Roja de Dénia y las policías locales de Dénia y Xàbia, así como los bomberos del parque comarcal, que evacuaron en helicóptero a la herida.

La Cova Tallada está este verano masificada como una playa, a tope de bañistas. Pero tiene los riesgos del escarpado acantilado.