Desde el pasado jueves, cuando las urbanizaciones del Tosalet y el Cap Prim se quedaron sin agua durante ocho horas, varias zonas de Xàbia están sufriendo también cortes que la empresa municipal de suministro, Amjasa, se afanó ayer en explicar. Los atribuyó a «algunos desajustes en el abastecimiento debido a la complicada orografía y a la dificultad para restablecer el caudal tras las averías por el elevado consumo». Y admitió que el consumo de agua, que estos días se sitúa en 32.000 metros cúbicos, está siendo en la segunda quincena de agosto «más elevado que en temporadas anteriores».

La planta desalinizadora está trabajando a pleno rendimiento (27.100 m3/día). Pero a Xàbia no le llega. Además, sus pozos de Pedreguer se han agotado. Los regantes de Pedreguer también le venden agua, pero sus pozos también empiezan a secarse.

La empresa de suministro asegura que el agua «está garantizada» para la mayor parte de la red. El problema es que cuesta sobreponerse a las averías que se están sucediendo estos días. El agua va justa y la demanda es elevadísima. Esto provoca que, tras una fuga, zonas altas como las del Montgó se queden varias horas sin suministro. La empresa lo reconoce al indicar que está trabajando «en condiciones extremas», sobre todo «en los sectores de cotas más altas, que coinciden con una muy elevada demanda para el riego de jardines y mantenimiento de piscinas, en algunos casos incluso superior a la capacidad de abastecimiento».

Xàbia está afrontando un final de verano complicadísimo en cuanto a suministro. Su desalinizadora no da más de sí. El municipio vende también caudales a Teulada, al Poble Nou de Benitatxell y a Gata.