En el mar, las motos de agua se mueven a sus anchas. Demasiado a sus anchas. Así opinan bañistas de Xàbia que, tras recabar información de trabajadores del puerto, de los colectivos ecologistas Sea Sepherd y Greenpeace e incluso de las empresa de excursiones y alquiler de motos náuticas, han enviado una carta a la concejala de Seguridad Ciudadana, Pepa Gisbert, para advertirle de que la normativa es clara y que estos vehículos jet ski se están colando «sistemáticamente» en zonas litorales de acantilados que les deberían estar vedadas.

Las motos irrumpen en la reserva marina del cabo de Sant Antoni a velocidades muy superiores a los tres nudos permitidos. Además, afirman los bañistas y responsables de Sea Sepherd consultados por este diario, no guardan la distancia mínima con la costa de 200 metros que estableció el Real Decreto 259/2002. La normativa lo deja claro. Está prohibido que las motos entren en zonas de baño balizadas. Además, en el litoral donde no hay boyas, como es el de los acantilados, deben separarse 200 metros y no los 50 que se establecen para las embarcaciones. En este último caso, para varar las motos, sus pilotos deben llegar a tierra siguiendo una trayectoria perpendicular a la línea de costa y a una velocidad nunca superior a los tres nudos.

Un nadador aficionado también al snorkel, Ferran Polo, ha revisado la normativa y advierte de que en la Comunitat Valenciana se hace la vista gorda con estos vehículos y se acepta que se aproximen a 50 metros de la costa pese a que la normativa estatal fija una distancia mínima de 200 metros. «Aquí se está haciendo una interpretación errónea, permisiva con las motos de agua y que perjudica a los buceadores y a los nadadores de medias distancias», afirma.

También precisa que en las Baleares la normativa de seguridad marítima «sí especifica bien claro» que estos vehículos en zonas no balizadas deben apartarse 200 metros del litoral.

A ras de acantilado

Este nadador ha visto cómo las motos le pasaban bien cerca y a toda velocidad. Asegura que ha estado a punto de sufrir dos atropellos, uno en los Esculls (escollos) del Cap Prim y otro en el estrecho canal que hay entre Ambolo y l´Illa del Descobridor. Nadaba con una boya de señalización cuando se vio a las motos casi encima. Estas zonas están pegadas a la costa. Las motos no guardaban ni siquiera 50 metros de distancia a los acantilados, de los que pasaron a ras.

Una firma de Moraira asegura que ahora están navegando a 400 metros

Un responsable de la empresa Tsunami Aventura, radicada en Moraira, aseguró ayer a este diario que están cumpliendo a rajatabla la prohibición de no entrar en las cuevas marinas (Xàbia ha balizado dos de ellas, la del Llop Marí y la dels Òrguens). «Nosotros estamos navegando a 400 metros de la costa. No queremos líos», afirmó. Dijo que no pueden controlar a los particulares y advirtió de que hay una enorme presión náutica en el litoral de acantilados de la Marina Alta. «En el fondeadero del Llop Marí puedes contar entre 90 y 100 barcas. Nos culpan a nosotros, pero hay incluso embarcaciones que entran en zonas balizadas», advirtió.