Los arqueólogos ya han dado con una pista clave para descifrar el misterio del barco hundido en la playa de la Fossa de Calp. A principios de agosto, el coordinador de la vigilancia de playas, Juan Luis San Nicolás, descubrió el esqueleto de la nave. Las cuadernas sobresalen de la arena. El barco, cuyo casco está enterrado, debió tener unos 12 metros de eslora.

Los arqueólogos no han dado con la caja negra (no existía, claro). Pero el hallazgo de un puñado de billetes milagrosamente conservados les va a permitir afinar mucho con la fecha en la que el barco se fue a pique. Los billetes se hallaban dentro de un saquito de tela que los ha protegido del corrosivo salitre. Con todo, algunos se han deshecho. Los socorristas encontraron hace unos días y de forma casual los primeros billetes. Recuperaron cinco. Una arqueóloga del Centro de Arqueología Subacuática de la conselleria de Cultura rescató ayer otros dos, que depositó con mimo en un recipiente con agua marina. Cambiar el elemento en el que han estado durante la tira de años puede acelerar su deterioro.

Los billetes son de las antiguas (en este caso, antiquísimas) pesetas. Son pesetas de la Segunda República. Fabricados en Londres por Thomas de Rue, se emitieron el 22 de julio de 1935. En el anverso, aparece el busto del médico e investigador Santiago Ramón y Cajal, quien recibió en 1906 el Premio Nobel de Medicina. A su derecha, está la diosa Atenea y, a la izquierda, un ángel que toca la trompeta y lleva en una mano la corona de laurel. En la parte superior, aparece el escudo de la República. En el reverso, se representa el monumento del parque del Retiro de Madrid que está dedicado a Ramón y Cajal.

Claves para la investigación

Los billetes no tienen hoy valor monetario. Sin embargo, para los investigadores sí son un tesoro. Capitanía Marítima y la Guardia Civil vigilan el pecio. Está protegido y escarbar en él es un delito contra el patrimonio.

El Centro de Arqueología Subacuática están investigando el barco hundido y preparará un informe para el ayuntamiento. Con el hallazgo de los billetes, los arqueólogos ya saben que deben repasar los naufragios que se produjeron entre 1935 y 1939, el año que acabó la Guerra Civil, en la playa de la Fossa, un fondeadero histórico de la costa calpina.