Cinco funcionarios del Ayuntamiento del Poble Nou de Benitatxell declararon el lunes ante el juez de Dénia que investiga el supuesto amaño en pagos de 550.708 euros a un constructor. En la causa, están imputados la concejala independiente Nieves García, que firmó los pagos como alcaldesa accidental (era primera teniente de alcalde) y el constructor Bolufer Llobell, a favor de quien iban las certificaciones y endosos bancarios.

El caso se ha reabierto ahora tras recurrir la Audiencia de Alicante el archivo. El juez consideró en ese momento que, aunque existía un delito claro, el de la falsificación de la firma del secretario en todos esos documentos, no había pruebas suficientes para acusar a nadie. De hecho, la prueba caligráfica que se le realizó a la edil, quien sí firmó los pagos, no fue concluyente sobre si ella pudo garabatear la rúbrica del funcionario. Sin embargo, la Audiencia consideró que sí se podía tirar más del hilo. En su auto, apuntó que Nieves García fue «cooperadora necesaria» del amaño y el constructor «se benefició de la simulación de créditos inexistentes».

Y la madeja ha empezado a desentrañarse con la declaración de los funcionarios. Todos coinciden en que «nunca han visto» los documentos supuestamente amañados. Sí admiten que tenían conocimiento de las obras y que no sospecharon que hubiera irregularidades. También apuntan que el constructor Bolufer Llobell era el contratista habitual del ayuntamiento. En estos proyectos, emitió certificaciones y endosos incluso antes de que el ayuntamiento se los hubiera adjudicado.

En la declaración, a los testigos se les mostraron los pagos. Y todos se quedaron extrañados. coincidieron en que ni el membrete ni el formato son los que utiliza el ayuntamiento. Uno de ellos aseguró que «el formato no corresponde al ayuntamiento y no he visto nunca que se hagan así». Ni siquiera la administrativa que lleva más años (32) reconoció como propios del consistorio las certificaciones y endosos .

Un funcionario explicó al juez que a él y a una compañera les «extrañó» el documento, dado que «se notaba que había algo raro». Se lo enseñaron al secretario y se destapó el supuesto amaño. El secretario descubrió que se había falsificado su firma. Presentó la denuncia que acabó con la imputación de la edil y el constructor. La investigación judical cobra ahora nuevos bríos.