La promotora ya instaló la caseta de venta de apartamentos hace meses. Ahora ha colocado un cartel en el que anuncia que las obras del residencial Las Olas comenzarán el próximo mes de octubre. La urbanización se construirá en varias parcelas de primera línea del litoral de les Marines, en concreto en el tramo de playa que se conoce como el Blay Beach. En esas parcela, hay tres chalés que se echarán abajo para levantar los apartamentos.

Los vecinos, cuyo portavoz es José Morillas, ya han puesto el grito en el cielo. Advierten de que el proyecto, que incluye un paseo marítimo de 200 metros lineales, se desarrolla en «uno de los tramos de playa más erosionados de les Marines». De hecho, pese a que Costas repuso la arena a principios de julio, los temporales ya se la han tragado. El mar golpea directamente de nuevo contra los muros de las parcelas de primera línea. La playa ha desaparecido. El Ministerio de Medio Ambiente ha calificado este tramo litoral como «de grave deterioro».

«En días de marea y en invierno —advirtió ayer Morillas—, las olas llegan a las parcelas y con los temporales entran dentro y se cuelan también en los pasillos públicos que dan acceso a la playa».

Este portavoz precisa que los vecinos no entienden cómo se permite construir en primera línea «un nuevo bloque de cuatro plantas y casi 20 metros de altura con 19 viviendas en una playa tan delicada y hasta ahora poco urbanizada».

«Este proyecto, por sus dimensiones y su ocupación de suelo, va totalmetne en contra del espíritu de la Ley de Costas», advierte Morilla. Este argumento es el que sustenta la alegación que la comunidad de propietarios de El Retiro III, IV y V ha presentado ante el Ayuntamiento de Dénia y el Servicio Provincial de Costas.

200 metros de paseo

Los vecinos también revelan que el proyecto, que impulsa la promotora Sun Valle 2000, prevé un paseo marítimo de 200 metros de largo y seis de ancho. Temen que así se abra la puerta a derribar más chalés y llenar la primera línea de urbanizaciones de cuatro alturas. El paseo llegaría hasta el tramo del Blay Beach que ahora, como ocurre al final de cada verano con el primer temporal, se ha quedado sin pizca de arena. Los esfuerzos de Costas para regenerarlo siempre acaban en nada. La playa está en regresión y el mar se la zampa.

Los vecinos subrayan que el paseo se construiría sobre la playa (es decir, sobre el dominio público) y en la zona de servidumbre. La Dirección General de Costas debe, por tanto, autorizarlo. «Consideramos que este proyecto no aporta ningún beneficio ni protección a la playa, sino que va a aumentar la presión urbanística», señaló Morillas.

Los vecinos están convencidos de que la urbanización también necesita de la autorización de Costas, ya que las obras tocarían la servidumbre de protección del litoral.

Pese a que, según los vecinos, el ayuntamiento no ha concedido a la promotora todavía la licencia de obras, ya que está esperando el informe de Costas, ésta sí ha puesto fecha para ponerse al tajo.