Los vecinos de la urbanización El Retiro de Dénia han conseguido lo que pretendían y es que las organizaciones ecologistas se fijen en que en la capital comarcal se puede construir un bloque de viviendas en primera línea de la playa de Blay Beach, una de las más afectadas por la acción del mar y en la que continuamente se producen aportes de arena de forma artificial.

En su intento por recabar apoyos de todos los representantes de la sociedad civil, los vecinos han logrado que Greenpeace y WWF-Adena se manifiesten de forma rotunda contra la propuesta de la promotora de edificar un bloque de cuatro plantas y un paseo marítimo junto al mar. Un apoyo que han logrado después de escuchar las explicaciones de la concejala de Territorio, Maria Josep Ripoll, quien aseguró que «el régimen transitorio permite en ese espacio la construcción de un edificio de cuatro plantas». La edila remarcó que la dirección general de Costas debe realizar «un informe vinculante y prescriptivo» y añadió que «si ese informe es negativo se actuará acorde» y, en cambio, «si es positivo se tendrá que dar el permiso».

La concejala además escurrió el bulto y declinó cualquier responsabilidad en tener que autorizar finalmente la edificación ya que el plan transitorio «no lo ha aprobado ni este gobierno ni el Consell de ahora». Por este motivo, los vecinos han buscado el apoyo de las dos entidades ecologistas, con tal de elevar la presión hacia un ayuntamiento que se resigna a cumplir la legalidad vigente.

Según señalaron, Greenpeace pidió la «cancelación inmediata» del proyecto, en palabras de la responsable de campaña de la ONG, Pilar Marcos, «poco o nada han entendido los promotores de este bloque de la época de la burbuja inmobiliaria. Siguen surgiendo proyectos propios de otras épocas que preocupan y que no deben ver la luz». Esta portavoz destacó que según el Observatorio de la Sostenibilidad «el 72 % de la franja de los 500 primeros metros de costa en Dénia está urbanizado».

Asimismo, indicó que se trata de un «legado que ha dejado muchos tramos de la costa de este municipio erosionada y supone un grave riesgo para las personas y para las infraestructuras. Y un gasto para la gestión de este litoral, a través del ayuntamiento y el Ministerio de Medio Ambiente, que pagan en última instancia los vecinos y vecinas de Dénia» y advierte de que los horizontes de cambio climático «señalan una subida del nivel del mar peligrosa».

Mientras, el coordinador de Protección Marina de WWF-Adena, cree que no se puede «volver a cometer los mismos errores del pasado y retomar un modelo de desarrollo cortoplacista que ha desfigurado, destruido, alterado y fragmentado importantes hábitats costeros, que según la Constitución son de uso público». Por ello, apostó por «un cambio de rumbo en la política urbanística en la costa mediterránea», y po que las «políticas favorezcan la conservación y el respeto a los procesos ecológicos para poder seguir disfrutando de los bienes y servicios» de los ecosistemas.

Compromís lo lleva al congreso

Por otra parte, el asunto ha llegado al Congreso de los Diputados. El diputado de Compromís Ignasi Candela ha elevado una pregunta al Gobierno en funciones sobre «si el proyecto previsto a 20 metros de la playa de les Marines de Dénia se ajusta a la Ley de Costas ya que la citada ley impide construir a menos de 100 metros de la ribera del mar». Además, Candela señaló que el proyectado bloque de apartamentos «se sitúa en una zona que el Ministerio de Medio Ambiente declaró en grave estado de deterioro».