Los efectos del incendio de la Granadella también se sintieron en las redes de distribución de agua potable de Xàbia. Por ellas, la primera semana de septiembre circuló una media de 1.700 metros cúbicos de agua más que en el mismo periodo del año anterior. En total, según un balance realizado por la empresa pública, Amjasa, se inyectaron unos 8,5 millones de litros de agua extra durante la semana que duró el fuego. Un caso parecido se produjo en Benitatxell, que reconoció también que por el incendio el consumo subió un 22% con respecto al año pasado.

Uno de los aspectos que recoge el informe es que al irse el suministro eléctrico la noche del domingo 5 de septiembre, la sede central de la empresa perdió la comunicación con las estaciones de bombeo y con una de esas balsas de agua, en concreto la que recibía agua desde los depósitos de la Guardia. Según destaca fueron «constantes los viajes de los trabajadores a la instalación para controlar todos los parámetros» y que nunca estuvieran vacías.

Además se controlaron consumos excesivos en parcelas privadas durante esos días, por fugas u otros, y los técnicos sustituyeron unos 35 contadores de agua que se habían consumido con las llamas. Hasta el 1 de octubre, la empresa ha recibido 7 reclamaciones respecto al consumo esos días aunque esperan que sean muchas más, en la medida que se emitan las facturas correspondientes.