A Rosa Gasent Pons no le deslumbran los focos. Acaba de regresar de Sri Lanka, donde se ha codeado durante dos semanas con las mujeres más bellas del planeta. A sus 18 años, representó a España en el concurso Intercontinental de Belleza. De vuelta a su pueblo, el Verger, Rosa demuestra que tiene las ideas muy claras. «Ahora lo primero es ponerme al día con los estudios», dice. Cursa segundo de bachillerato en el IES Xebic de Ondara. Y tiene muy claro que los cantos de sirena de las «misses» no van a hacerle perder la cabeza. «Mi prioridad es estudiar. Y quiero hacer en Valencia el grado de Diseño de Moda».

Esta joven se vio casi de sopetón en el avión que volaba a Colombo, la capital de Sri Lanka. Mientras que las representantes de otros países se preparan durante años para este certamen, ella se enteró en julio de que iría a este concurso intercontinental. Había quedado cuarta en el certamen de España, que se celebró en Marbella. Pero a las otras chicas las descartaron. Su talento para cantar le dio el pasaporte para Sri Lanka. En el certamen intercontinental es básico aderezar la belleza con otras dotes. A Rosa le apasiona el pop español y se maneja a la perfección en un escenario.

La joven, sin tener mucha experiencia para desfilar ni posar, se convirtió en una de las aspirantes más jóvenes a la corona de Miss Intercontinental. Durante las dos semanas, estuvo en la preselección de las 15 chicas que estarían en la final. Pero, a pocas horas de la gala final, el jurado lo removió todo. Se quedó fuera por los pelos. «Algo raro pasó. Allí todas y también el público lo notamos», indica. «Con todo, la experiencia ha sido brutal. He aprendido mucho. Y voy a probar en este mundo. Me gustaría prepararme para los concursos de Miss Universo y Miss Mundo, que me dicen que son más transparentes», avanza.

Rosa llegó de rebote al mundo de las «misses». Hace un año y sin que ella lo supiera,una peluquera de El Verger la apuntó a Miss Valencia. Y comenzó su meteórica carrera.