El paraíso no se limpia solo. Algunas de las calas más recónditas de la Marina Alta, que son las que se hacen un hueco en los acantilados de Xàbia y el Poble Nou de Benitatxell, han acabado el verano salpicadas de basura. La masificación turística de los pasados meses de julio y agosto ha provocado que incluso los tramos litorales más recoletos se llenaran de visitantes. La Cova Tallada, situada en la reserva marina del cabo de Sant Antoni (la gruta está en término de Xàbia, pero la senda de acceso en el de Dénia), se asemejó por momentos a una boca de metro.

La avalancha de turistas es un problema. Pero peor es que los bañistas bajen a las calas cargados incluso con neveras de plástico y se vuelvan a casa sin ningún peso. En playitas de difícil acceso como la dels Testos, en el Poble Nou de Benitatxell, hay basura por doquier. Nada más se desciende el último salto del barranco (el acceso es por un cauce y hay tres caídas verticales en las que se baja con cuerdas), salta a la vista un incipiente vertedero. Los incívicos turistas se han dejado neveras rotas y repletas de desperdicios, así como bolsas de basura. Incluso han abandonado hamacas que no quisieron acarrear barranco arriba.

En otras calas a las que también se baja por senda, los bañistas tiran la basura en pequeñas cuevas. Se autoconvencen de que algún operario de la limpieza se descolgará hasta allí para llevarse todos los residuos. Y todo por no subir luego con peso.

Acampar de matute

Para los ayuntamientos, recoger la basura en estas apartadas calitas resulta, claro está, imposible. Confían en el civismo de los bañistas. Pero muchos de ellos no se paran a recoger la suciedad que generan. Y no es poca. En los últimos veranos, se ha puesto de moda pasar el día entero en estas calas o incluso acampar varios días de matute (está prohibido). En la Cova Tallada, más de una mañana a primera hora, todavía hay hogueras humeantes encendidas por bañistas que han hecho allí noche.

En calas como la de Ambolo, en Xàbia, a la que, aunque está clausurada por desprendimientos, acuden en verano miles de bañistas, hay papeleras. Pero, al final del día, están a rebosar de basura. Los bañistas dejan las bolsas apiladas. No son capaces de llevárselas en el coche y tirarlas en el primer contenedor que encuentren.

También hay pescadores de caña muy poco curiosos. En calas como la del Francés, una de las más bonitas de Xàbia, es fácil encontrar sedales y anzuelos abandonados y cajas de cartón del cebo.