­Catorce años de prisión y prohibición de acercarse o contactar con sus dos hijos o cualquier otro familiar de la víctima durante dos décadas. La Audiencia condenó ayer por homicidio a Mouine Bouhlal, el hombre que asesinó a su mujer a sartenazos en Xàbia. El fallo se hizo público una semana después de que un jurado popular declarara culpable al acusado de este crimen de violencia machista y le obliga a indemnizar con 100.000 euros a cada uno de sus dos hijos, que tenían 12 y 7 años cuando ocurrieron los hechos, así como con 12.000 a la madre de Hanane, su víctima, y a cada uno de sus nueve hermanos (120.000 euros en total). La sentencia, que no es firme y contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), también inhabilita al agresor para ejercer la patria potestad.

El tribunal declara probado que el acusado, durante una discusión con su mujer en el domicilio familiar, cogió una sartén y la golpeó con ella fuertemente en la cabeza en repetidas ocasiones y no paró de hacerlo hasta que se partió el mango. La víctima, que tenía 43 años, falleció una semana después como consecuencia de las graves lesiones que sufrió en la cabeza.

La sentencia señala que el jurado a la hora de emitir su veredicto se basó en el informe de la autopsia y la declaración de los testigos. Los forenses incidieron en que las heridas que presentaba la víctima no concordaban con la versión del golpe accidental al haberla empujado que daba el acusado en el juicio. «Se trató al menos de un golpe en la cabeza, otro en el malar y otro causado en el brazo. Tales golpes, por las dimensiones de la fractura craneal y del malar no son compatibles con una caída accidental», argumenta.

La magistrada Maria Dolores Ojeda señala que tanto la madre de la víctima como los dos hijos, aunque éstos no llegaron a declarar en el juicio, relataron que la agresión se cometió con la sartén. El propio acusado admitió haber usado este utensilio durante el altercado. Asimismo, el jurado recalca que el procesado incurrió en «omisión de socorro». «Lejos de prestar ningún tipo de auxilio a la esposa malherida, ni avisó a los sanitarios, ni a la policía, limitándose a intentar fregar los restos de sangre y vómitos», indica el fallo.