La sequía ataca en la Marina Alta por el flanco más inesperado. Esta vez no son los turísticos pueblos del litoral, cuyos pozos están salinizados, los que se quedan secos. El interior de la comarca, históricamente rico en agua, también pasa sed. Benigembla, un pueblo de 500 habitantes de la Vall de Pop, ya sufre restricciones de suministro. Su alcalde, Rogelio Taverner, del PSPV, lanzó el viernes un bando para salvar «el abastecimiento de agua para el consumo humano». El munícipe anunció cortes de suministro que empezaron a realizarse esa misma noche. Los vecinos se quedan sin agua a las 21.30 horas y no la recuperan hasta las 8 de la mañana. Ya pueden abrir el grifo por las noches que no mana ni una gota.

El alcalde, en el bando, advierte de que las restricciones obedecen «a la falta de precipitaciones y a los elevados niveles de consumo». Avanza que «hasta que cambien las condiciones meteorológicas», es decir, hasta que llueva, se suspenderá por los noches el suministro. Así se recupera algo el castigado pozo.

También pide a los vecinos que hagan un consumo responsable del agua y que restrinjan el riego de jardines y huertas.

El alcalde, preguntado por este diario, aclaró que Benigembla se abastece del pozo de Corralets que, aunque está en su término municipal, pertenece a Benissa. Dijo que el nivel ha bajado alarmantemente. Una alternativa es encomendarse al cielo y esperar que llueva y otra realizar obras en el pozo y mejorar el bombeo. El munícipe indicó que la perforación del pozo no es recta y de ahí que ahora, al bajar su nivel, se complique sacar agua. Precisó que, por contrato, Benissa le proporciona el caudal del pozo a Benigembla. Y se mostró convencido de que es el propietario quien ahora debe asumir las obras que mejoren la extracción de agua.

«Cuando llueve todo va de maravilla. Pero llevamos tres años sin que baje el río y los acuíferos no se recargan», advirtió Taverner.

Benigembla está junto al cauce del río Gorgos. Tanto este río como el Girona, que es el otro que rellena los acuíferos de la Marina Alta, están este otoño secos. No ha llovido prácticamente nada. Septiembre y octubre, que son los meses de más precipitaciones en la Marina Alta, no han dejado más que algún chaparrón puntual que no ha aliviado una de las peores sequías del último siglo.

Además, los vecinos de Benigembla con los que habló ayer este diario coincidieron en que a sus casas el agua llega más tarde de las 8 de la mañana. Incidieron en que es un engorro levantarse y no poderse lavar ni duchar. La mayor parte de los vecinos salen temprano del pueblo para irse a trabajar a otros municipios. «Y lo peor es que no sabemos cuándo se arreglará lo del agua», apuntó un residente.

En la Marina Alta, había hasta ahora dos certezas con el agua: que el interior la tenía a mares y que, tras el verano, se acababan los problemas. Las restricciones de Benigembla desmontan las dos.

A finales de agosto, las urbanizaciones de Xàbia sufrieron cortes puntuales por el elevado consumo. Este municipio dispone de una desalinizadora que produce 27.100 m3 al día de agua potable. Xaló y Llíber recuperaron en agosto el agua apta para consumo tras meses de no poder beber del grifo. Ahora le toca a Benigembla.