La negativa del responsable del Registro Civil de Dénia a inscribir a Lennon con sus dos mamás, Brenda Kelleher y María José Torres, que contrajeron matrimonio en 2007 y tienen otros dos hijos, ha desencadenado una pesadilla burocrática para esta familia, que vive en el tranquilo pueblo de Benidoleig. El niño nació el pasado 30 de julio en el hospital de Marina Salud de Dénia. Todavía no tiene tarjeta sanitaria. La Seguridad Social no le entrega a la familia el SIP definitivo. Sí le ha concedido uno provisional para 15 días. «Tenemos que volver a la Seguridad Social y ver qué solución nos pueden dar», explicó ayer María José Torres.

El juez responsable del Registro Civil, José María Zaragozá Campos, exigió a las madres que aportasen un informe de reproducción asistida. Sostuvo que el reconocimiento de las dos mamás no se basaba en una realidad biológica. Las madres advirtieron de que a ninguna pareja heterosexual se les preguntaba cómo habían concebido a su hijo. Han recurrido ante la Dirección General de los Registros y el Notariado la decisión del juez al sentirse discriminadas. Invocan el artículo de la Ley de Registro Civil que deja claro que los hijos nacidos en los matrimonios de dos mujeres son de las dos cónyuges.

Pero mientras están en esa lucha, se ven atrapadas en un laberinto burocrático. Brenda, la madre gestante, es irlandesa. Si el juez hubiera reconocido a la otra mamá, María José, todo estaría ya resuelto. Lennon tendría también la nacionalidad española. Ahora la familia está abocada a tramitar un NIE (Número de Identificación de Extranjero) para el bebé. Ese documento es imprescindible para obtener la tarjeta sanitaria definitiva. Y antes del NIE tienen que sacarle a Lennon el pasaporte irlandés. Y ahí han chocado con otro muro. Irlanda tampoco reconoce a las dos madres.

En ese país, el matrimonio homosexual es legal desde mayo de 2015, cuando sus ciudadanos votaron en referendo mayoritariamente a favor de que las parejas del mismo sexo pudieran casarse. Pero perviven trabas para que estas parejas formen una familia con hijos.

«Tampoco nos dejan inscribir a Lennon con sus dos mamás. Es más, para que nos den su pasaporte, Brenda debe firmar un juramento de que es la única tutora y progenitora legal», indicó María José, que admite que ahora mismo las dos madres se enfrentan a «un dilema mental». Les urge que el niño tenga pasaporte para regularizar su situación sanitaria. Al final, el «no» del juez de Dénia ha ocasionado que los derechos básicos del menor estén en el aire.

Las dos madres sí pudieron inscribir en el Registro Civil a sus dos primeros hijos, Fionn y Nayra. Entonces vivían en Atzaneta del Maestrat (Castelló). Aportaron los documentos de rigor, es decir, la declaración de nacimiento, el libro de familia, el pasaporte de la madre irlandesa y el DNI de la española y el certificado del hospital donde los bebés vinieron al mundo. Y todo fue sencillo.

Pero, tras la cerrazón del juez del Registro Civil de Dénia, los problemas han llegado en cascada. Tampoco han podido pedir la declaración de familia numerosa, ya que necesitan el NIE del pequeño de la casa.

«Estamos en una situación de mucha incertidumbre. Pero también quiero decir que cuando hemos ido al hospital para las revisiones pediátricas de Lennon siempre han sido superamables y nos han asegurado que la sanidad es un derecho universal y que nuestro hijo no se va a ver privado de asistencia médica», precisó María José.

Las madres iniciaron una campaña en change.org y ya han recogido más de 100.000 firmas a favor de que el Registro de Dénia reconozca a las dos madres. La campaña está dirigida a la Dirección de los Registros y el Notariado. «Estamos valorando ir a Madrid a la sede de ese organismo y presentar nosotras mismas allí las firmas», avanzó María José. La familia cuentan con el apoyo de los colectivos LGTBI que, de hecho, están redactando una propuesta de ley de igualdad y no discriminación que reconoce expresamente la filiación de las dos madres.