La crecida más importante de los ríos Gorgos y Girona desde la riada de 2007 obligó ayer a desalojar a unos 40 vecinos de la urbanización Torre Almadrava, en Dénia, de unos 15 chalés de la playa de Els Poblets, y de la zona del Pla de Xàbia. Sobre las 13.30 horas, los ríos, que en su cabecera de la Vall d'Ebo y Castell de Castells habían acumulado en 24 horas precipitaciones de 300 litros por metro cuadrado, amenazaban con desbordarse. De hecho, llegaron a salirse. En la Vall d'Ebo, con violencia. El acceso al municipio quedó anegado y cerrado, así como la carretera que lleva a la Vall d'Alcalà. Mientras, el Gorgos, a su paso por Xaló, y en Xàbia, en el Pont del Llavador, también se desbordó, pero sin la furia de hace nueve años. Al cierre de esta edición, aunque ambos ríos seguían bajando con fuerza, había pasado el momento más crítico.

Eso sí, los ayuntamientos se curaron en salud. A mediodía, los de Dénia y Xàbia empezaron a desalojar a vecinos. De Torre Almadrava, se evacuó a una decena y a otros tantos de la urbanización de Xàbia Pla 69, así como de varias casas aisladas. Al tiempo, Els Poblets, desalojó las casas, unas 15, de su extremo de la desembocadura del Girona (la otra orilla pertenece a Dénia).

El concejal de Seguridad dianense, Javier Scotto, explicó a este diario que los desalojados de este municipio se trasladaron a otras viviendas de su propiedad o de familiares. Mientras, la Cruz Roja de Xàbia montó en el centro polivalente del Portal de Clot de Xàbia un albergue. Un matrimonio de ancianos fue el primero en llegar sobre las 17.00 horas. Mientras, Calp habilitó en la casa de cultura un albergue para que pasaran la noche las personas sin techo. Dormir al raso era anoche una temeridad.

En la riada de 2007, en 12 horas se registraron en el interior precipitaciones de 400 l/m2. Ahora, en algunos puntos, como la Vall de Gallinera, se han superado en 24 horas los 300 l/m2. Una diferencia importante es que, esta vez, los ayuntamientos estaban sobre aviso. Habían limpiado cauces y pluviales. Esperaban que el cielo se les viniese encima. Hacía cuatro años (cuatro años de pertinaz sequía) que los ríos Gorgos y Girona no bajaban con caudal. Y desde la riada no rugían con la fuerza de ayer. En Xàbia, los puentes no daban abasto. El agua llegó hasta arriba del Pont del Llavador y del de la desembocadura del Gorgos.

En els Poblets, el ayuntamiento echó mano de una pala mecánica para ir retirando las ramas, troncos y cañas que se enganchaban en los pilares de su puente.

Calp tuvo que cerrar al tráfico su avenida Juan Carlos I, que quedó, una vez más, anegada. Además, la partida Mascarat-Toix sufrió un apagón en el alumbrado público. Y los vecinos de Orba están desde el sábado sin agua potable. Afuera llueve a cántaros, pero de los grifos no mana ni gota.