Cuadrar el círculo. Ese era el reto. El gobierno de Xàbia, del PSPV, ha evitado la solución fácil de subir impuestos, ha mantenido los servicios públicos y ha presupuestado proyectos históricos como el del auditorio y el de poner bajo techo la grada del campo de fútbol. Y lo ha hecho tras perder 1,8 millones por la devolución de 600.000 euros al Estado y el recorte de 1,2 millones en la participación de los tributos también estatales.

Las cuentas, al final, salen. Aunque con algún truquillo. El alcalde, el socialista José Chulvi, avanzó ayer que se van a suprimir las bonificaciones de la tasa de apertura de nuevos negocios y de las obras menores. El gobierno local considera que lo peor de la crisis ya ha pasado. «Lo fácil hubiera sido subir el IBI. Pero no queríamos cargar de más presión fiscal a los ciudadanos», indicó el alcalde.

El ayuntamiento también subirá la tarifa de sus dos aparcamientos subterráneos, que son muy deficitarios. Aparcar una hora cuesta ahora 60 céntimos. Se incrementa a un euro. Chulvi subrayó que los abonos no se tocan y que, pese a la subida, los aparcamientos de Xàbia siguen siendo los más baratos de la Marina Alta.

Mientras, el concejal de Hacienda, Antonio Miragall, expuso que la partida de personal también se baja al dejar en «stand by» la consignación económica de 23 plazas que no están cubiertas. Ese dinero era una suerte de hucha. Cuando el ayuntamiento lo necesitaba, hacía una modificación de créditos y salía del apuro. «Ahora debemos ser más eficientes. Ya no tenemos ese colchón», dijo Miragall.

El presupuesto dota con 395.000 euros el proyecto del auditorio. Hay dinero para licitar las obras e iniciarlas. El coste total es de tres millones de euros. Xàbia quiere un auditorio del siglo XXI. Ahora ni siquiera puede participar en ciclos de teatro. Tiene salitas con estrecho aforo.

El presupuesto municipal para este año, con los diez millones que se lleva la empresa municipal de suministro de agua, Amjasa, sube a 46 millones de euros.