El interior de la Marina Alta, que ya en la mañana de ayer estaba cubierto de un manto blanco, vivió por la tarde una copiosa nevada. La nieve cuajó en las montañas y también, al cierre de esta edición, lo estaba haciendo en unos pueblos que se preparaban para vivir una noche gélida con temperaturas de 6 grados bajo cero. Otra cima nevada fue la de la Serra de Bèrnia.

En la costa, el termómetro también se desplomó. Calp, Xàbia y Dénia habilitaron albergues para que nadie pasara la noche al raso. Las policías locales patrullaron las calles por si algún indigente seguía a la intemperie.