Un desenlace justo, justísimo. Nueve votos han inclinado la balanza del lado de suprimir el bou embolat y el encaixonat en Pedreguer, el pueblo con más tradición de bous al carrer de la Comunitat Valenciana. La diferencia a favor del «no» se antoja todavía más estrecha tras desarrollarse la consulta convocada por el ayuntamiento, gobernado por Compromís, durante siete días, de domingo a domingo, y participar nada menos que 2.571 vecinos, el 40 % del censo del municipio. En la era de la democracia participativa, no hay pueblo que en sus Agendas Locales o sus presupuestos participativos consiga arrastrar a tanta gente. Pero los toros son otra historia. Este referendo, por seguimiento, se ha convertido en un hito en la Marina Alta.

El gobierno local convocó la consulta para cerrar el debate sobre dos modalidades taurinas que otros pueblos de la Marina Alta, como Ondara, Xàbia, el Poble Nou de Benitatxell y Gata, suprimieron por decreto. Sus alcaldes lo tuvieron claro. Apelaron a que embolar toros y meterlos dentro de un angosto cajón era maltrato animal.

Pero en Pedreguer, el alcalde, Sergi Ferrús, tomó otro camino, el del referendo. El apretadísimo resultado confirma, según el gobierno local, «la vigencia de una polémica a propósito de la cual han sido los pedregueros y pedregueras los que, por medio de una consulta, han decidido».

Todos los vecinos mayores de 16 años podían votar por internet o de forma presencial en la Casa de Cultura. 1.290, el 50,18 %, han dicho «no» a estos actos taurinos frente a los 1.281, el 49,82 %, que han pedido que se mantengan. La consulta se ha resuelto en el filo. Los detractores de estas modalidades taurinas han ganado por los pelos.

«La catedral dels bous al carrer», así se conoce a Pedreguer, pierde uno de sus pilares. En realidad, no tanto. El bou embolat no goza de demasiado tirón en los actos taurinos de Sant Bonaventura (el pasado año, ya se quitó del programa). El encaixonat sí arrastra más. El Dia dels Bous, palabras mayores en este municipio, se desencajonan toros cerriles. Ahora habrá que cambiar el formato.

El gobierno local, cauto

El gobierno local, pese al resultado, no se afanó ayer en proclamar que se han acabado estos actos taurinos. Sigue dando pasos con pies de plomo. Avanzó que en las próximas semanas se reunirá con los grupos políticos y las asociaciones directamente interesadas (Passió pels Bous, festeros y animalistas) para valorar la consulta y »definir el mecanismo con el que se dará satisfacción» a lo que han votado los vecinos. Y subrayó que las entradas y sueltas de toros y vaquillas e incluso el toro cerril se seguirán celebrando como hasta ahora.

El apurado margen a favor de la supresión hará surgir voces que pidan que la fiesta se deje como está, ya que no hay una mayoría apabullante en ningún sentido. Pero, en la democracia participativa, la regla de oro es que el resultado, sea más o menos estrecho, siempre es justo.