El colegio público Graüll lleva la tira de años con barracones, que están instalados en su pista deportiva. La estrechez de la escuela también obliga a ocupar las casas de los antiguos maestros como aulas de apoyo pedagógico. Además, el centro no tiene gimnasio ni comedor. Un técnico de la conselleria de Educación conoció ayer las carencias de este colegio. Lo visitó junto a al concejala de Educación, Montse Villaverde. El ayuntamiento y la comunidad educativa exigen desde hace tiempo que se supriman los barracones y se remodele y amplie esta escuela.

El responsable de la conselleria y la concejala también acudieron al colegio público Vicente Tena. El consistorio reinvindica que se hagan unos nuevos aseos para el patio y se construyan escaleras de emergencia. La edil espera que se desbloqueen por fin las obras que pongan fin a estas deficiencias.