La ofensiva de Xàbia contra la pesca furtiva llega desde todos los frentes. La Policía Local ya luchaba contra los furtivos desde tierra y desde mar. Ahora lo hará también desde el aire. Ha incorporado un dron a las tareas de vigilancia del litoral. El alcalde, José Chulvi, subrayó ayer que hay que utilizar «tecnología del siglo XXI para salvaguardar la pesca sostenible y tradicional».

El ayuntamiento ha echado mano de la empresa local Salmerón Drones, que cuenta con los permisos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Su propietario, Manuel Salmerón, es un piloto y operador de drones con muchas horas de vuelo y especializado en control de incendios y búsquedas y rescates. Ahora hará lo mismo que los centinelas de las antiguas torres vigía. Pero con tecnología de última generación. Ayer ya sobrevoló la costa del Tangó y los acantilados del cabo de Sant Antoni. Precisamente, una de las ventajas de estas pequeñas aeronaves es que se cuelan en cualquier sitio. Pueden llegar a calas recoletas y subir en vuelo vertical desde la base del acantilado a su cima. No hay escondite que se les resista.

De ahí que la Policía Local confíe en los drones para atrapar a los escurridizos furtivos. Su intendente, José Antonio Monfort, explicó que, al tiempo que el piloto observa en su monitor todo lo que «ve» el dron, los agentes también recibirán imágenes en tiempo real en los visores que llevan instalados en el coche patrulla y en la embarcación . Este artilugio, que vale unos 6.000 euros, será los ojos (y desde luego tiene vista de halcón) de los policías que luchan contra la pesca ilegal.

El consistorio, aliado con la Cofradía de Pescadores y los restaurantes, lanzó hace un año la campaña «Xàbia lliure de pesca furtiva». La concejala de Seguridad, Pepa Gisbert, destacó la Policía Local no va a dar cuartel a quienes esquilman la riqueza marina. «Tenemos que ejercer un control más duro porque también está en juego la sostenibilidad económica y social y el futuro de nuestros marineros», añadió el alcalde.

El dron podrá, en un vuelo, abarcar un tramo litoral de alrededor de un kilómetro. El piloto lo hará aterrizar y buscará otro punto para volver a peinar la costa desde el aire. La vigilancia es sólo uno de los posibles usos de esta tecnología. El intendente de la Policía Local convino que estas aeronaves dan mucho juego. Pueden sobrevolar incendios cuando no lo hacen los helicópteros o ayudar a localizar a senderistas perdidos. Además, ahora que los furtivos saben que hay ojos en el cielo se lo pensarán dos veces.

Y una curiosidad: Salmerón ha desarrollado un pequeño dispositivo que emite los chillidos de un halcón. No quiere que las gaviotas hostiguen a su ave de presa robótica.