El arroz bombón es un milagro. Sí, hay mucho trabajo detrás, mucha investigación, pero hallar semillas de una variedad que se dejó de cultivar en 1965 fue una proeza. Vicent Dominguis, de la empresa Pego Natura, que ha recuperado esta variedad autóctona de la Marjal pegolina en un proyecto en el que también han participado la Diputación de Alicante, Asaja Alicante y el Grup Arrosser les Tanques, explicó ayer a Levante-EMV que encontraron semillas en la estación arrozera de Sueca. Las llevó en 1932 un agricultor de Pego.

El bombón es el arroz que mejor se adapta a las condiciones excepcionales del Marjal de Pego-Oliva. Es para Pego el equivalente del bombeta en Mallorca o el bombilla en el Delta de l´Ebre. Pertenece a la familia del arroz bomba, pero su cultivo es más ecológico ya que es resistente al hongo Pyricularia grizae (la piricularia). Los arroceros se olvidan de los fungicidas. Además, en el humedal pegolino se siembra y recolecta a la manera tradicional. Esta variedad crece con agua de manantial y en un terreno oscuro, cargado de materia orgánica natural, lo que lo hace excepcionalmente fértil.

El arroz bombón se ha ganado ya a los críticos. Cocineros tan prestigiosos como Kiko Moya, de l´Escaleta, o Evarist Miralles hablan maravillas de una variedad que conquista los paladares más exigentes. La alta cocina se rinde al bombón, pero todavía debe superar la gran prueba de fuego, que llegará este domingo. La Falla la Font celebra su tradicional concurso de paellas (este año llega a su 33 edición). Es un acto masivo, que reúne a entre 1.500 y 2.000 personas. La concejalía de Fiestas, que dirige la edil Rebeca Bañuls, ha querido que este gran concurso también sirva para promocionar el arroz bombón. A los participantes se les entregará un saquito para que elaboren sus paellas.

El bombón, por su calidad, lo tiene todo para triunfar. Dominguis avanzó que quieren que, dentro de la Denominación de Origen de Arroces de Valencia sea un producto diferenciado de la provincia de Alicante. También abogan por que lleve el sello del parque natural del Marjal de Pego-Oliva. El gran reto es que los agricultores pegolinos apuesten por esta variedad histórico y de contrastada calidad.

Pego tiene una gran tradición arrocera. Dominguis explicó ayer que la primera solicitud para cultivarlo data de 1797. El coto arrocero, de unas 600 hectáreas, se aprobó en 1848. La máxima producción se dio durante las guerras civil y mundiales. Pero luego, con la mecanización y la utilización de los fitosanitarios, el cultivo, que en Pego se siguió haciendo de forma tradicional, declinó. No era rentable. Además, otras variedades fueron desplazando al autóctono bombón.

Ahora este arroz renace. Es exclusivo de Pego. Y destaca por su calidad. El bombón enlaza con la nueva cultura alimentaria sostenible y de proximidad. El bombón es el futuro.