El primer premio de Especial, que al final revalidó Oeste, estaba reñidísimo, emocionante. Pero lo que sí se sabía antes de que se desvelase el veredicto del jurado era que Falla iba a quedar la última. Por la cola no había emoción. Estaba cantado que el distrito Camp Roig, el más joven de Dénia (se creó en 2005) y también el más humilde, sería el farolillo rojo.

En el mundo fallero dianense, hay indignación con el monumento plantado por esta comisión. Cuando su fallera mayor, Isabel Tent, y su presidente, Damián Linero, recogieron el banderín de séptimos y últimos en la sección Primera, hubo anoche un gran silencio. Al salir al balcón, no se escucharon aplausos; sí, algún pito.

La falla es de retales. Lo admitió a Levante-EMV su presidente. "No es una falla. No hemos podido plantar falla porque no nos ha llegado el presupuesto. Hemos hecho un monumento con ninots de otros años", dijo. "El próximo año lo haremos mejor", añadió la fallera mayor. Linero explicó que, al principio de ejercicio, se apuntaron muchos falleros, pero "se han ido borrando". "Y hemos preferido plantar una mejor falla infantil porque, al fin y al cabo, a los niños les hace más ilusión".

Y sí, la falla infantil luce más, de largo, que la grande. Camp Roig, al pertenecer a la sección Primera, recibe una subvención de 1.900 euros. Y desde luego es sideral la distancia de su monumento y el de Port Rotes, el distrito dominador en esta categoría. Este año la falla de Camp Roig ha tocado fondo. Tiene seis ninots. Es desangelada. No se han molestado ni en poner críticas. El jurado le dio 12 puntos. Es lo mínimo.