Paul Graham Monk, un fugitivo británico detenido hace dos años en Xàbia por la Guardia Civil e investigado por la aparición de un cadáver en una playa de Orihuela, ha sido condenado a18 años de cárcel en el Reino Unido por narcotráfico, una condena consecuencia en gran parte de una cooperación policial y judicial hispano-británica que ambas partes desean que se mantenga, con Brexit o sin Brexit.

Su detención la llevó a cabo la Guardia Civil en abril de 2015 en Xàbia, al estar reclamado por el Reino Unido como uno de los fugitivos británicos más buscados, y días después trascendió que se le implicaba con el secuestro y asesinato de un compatriota, Francis Brennan, cuyo cadáver apareció en la playa de La Zenia de Orihuela, envuelto en plásticos y precintado.

A los investigadores no les cabía duda de que Monk estaba relacionado con este asesinato, ya que era la mano derecha de Paul Scott, considerado el autor intelectual de la muerte, jefe de una red criminal de Liverpool acusado de introducir en su país 40 toneladas de cocaína y detenido meses antes. Independientemente de que los indicios no fueran suficientes para mantener su imputación -la investigación no está aún cerrada-, Monk ya acumulaba motivos para ser detenido.

Su fotografía formaba parte de la «operación Captura», la campaña de Crimestoppers en la que se buscan a los delincuentes huidos del Reino Unido acusados de violación, agresión sexual a menores y tráfico de drogas y que se sospecha puedan estar en España. Monk había huido de su país aprovechando su situación de libertad condicional por una condena de blanqueo y contrabando y residía en un chalé de lujo de Xàbia, debajo del cual se estaba construyendo un escondite. Apenas salía y si lo hacía, era en moto para que el casco ocultara su rostro.

Las pesquisas para descubrir al asesino de Brennan permitieron a la UCO localizarle en la misma ciudad donde secuestraron a Brennan, detenerle y entregarle, pero eso no fue lo más importante.

El registro del chalé dio mucho de sí. En una maceta de la vivienda, recuerda la titular del Juzgado de Instrucción números 2 de Dénia, Lidia Paloma Montaño, que llevó el caso, se hallaron 125.000 euros y en otras estancias una pistola simulada con cargador y silenciador y un pasaporte falso de Monk. Y, sobre todo, lo que ha permitido a la Justicia británica poner entre rejas a Monk: una especie de libreta con anotaciones de las transacciones de droga, los envíos y el resto de datos propios del narcotráfico.

El análisis de las autoridades británicas arrojó la siguiente conclusión: Monk era el capo de una red que había enviado cocaína a su país por valor de 31 millones de libras. «La Corona confirma que usted es un delincuente profesional, involucrado en el narcotráfico en este país y en el extranjero», dice la sentencia. Así las cosas, los 6 años de cárcel que le esperaban antes de huir a España se han triplicado al ser considerado un «capo del narcotráfico». A pesar de esto, aún queda por esclarecer el secuestro y asesinato de Francis Brennan.