Una simple señal de prohibido está asfixiando a una manzana de negocios de la carretera de Moraira a Calp, la CV-746. Hace cinco semanas, la Diputación de Alicante, que es la titular de este vial, decidió prohibir el acceso directo a la calle cabo San Vicente. De golpe, dejó a varios negocios aislados. Sus clientes se topaban con la señal y seguían adelante. No tenían ni idea de cómo entrar en locales como la tienda de antigüedades Balthazar, la Taberna Suiza o la tapicería El hombre del saco. De la noche a la mañana, estos negocios se han quedado vacíos. Una señal los aboca a la ruina.

«En esta calle siempre ha habido doble dirección y nunca ha ocurrido ningún accidente. No entendemos por qué ahora se prohíbe entrar desde la carretera», advirtió ayer Regina, del restaurante la Taberna Suiza

«Desde que han puesto la señal, hemos perdido el 70 % de la clientela», afirmó. «En esta manzana, hay un local que no está alquilado y no creo que su dueño lo pueda ya arrendar. Nos han traído la ruina», dijo esta empresaria.

Cher, de Balthazar, aseguró que en las últimas semanas casi nadie ha entrado en su negocio de antigüedades. Lleva ocho meses en este local. Ahora ve pasar a los posibles clientes de largo.

Estos negocios están en una carretera en la que la competencia es enorme. Está jalonada de bares, restaurantes y comercios. «Si alguien ve que aquí no puede parar, pues sigue adelante y ya encontrará otro restaurante», indicó Regina.

Ahora, para llegar a esta manzana, hay que dar por las calles de atrás una vuelta de 300 metros. Los clientes no lo saben. Pasan de largo.

«Los alemanes, ingleses y suizos, que son nuestra clientela fuerte, no paran. Algunos españoles sí se saltan la prohibición», precisó Regina. No es difícil, por otra parte. Ya que muchos conductores tienen la inercia de girar desde la CV-746 y, cuando se dan cuenta, se han tragado la señal de prohibido.

Estos empresarios ya han recogido un centenar de firmas de los vecinos de esta zona, la del Cap Blanc, para que se quite la señal. Aseguraron ayer que desde el Ayuntamiento de Teulada sí se han puesto de su parte. Esperan que convenzan a la diputación de que esta prohibición hace más mal que bien. «A nosotros nos está arruinando», subrayó ayer Cher.