A finales de noviembre, cuando estaba en la mitad del tratamiento de quimioterapia, Maria Ferrer Miralles, una vecina de Xàbia de 43 años, decidió abrir otro frente en su lucha contra la enfermedad. A ella le detectaron el cáncer de mama el pasado mes de junio en una revisión que se hizo en una clínica privada. Fue su ginecólogo el que le aconsejó que se realizara la mamografía. Maria tenía antecedentes familiares. Su madre murió de cáncer con 41 años.

A ella, le llamó la atención el elevado número de mujeres jóvenes que sufren la enfermedad. Investigó y confirmó que los oncólogos también advertían de un aumento de casos en chicas de entre 35 y 40 años. Maria decidió que, al tiempo que luchaba contra el cáncer de mama, iniciaría una petición en la plataforma change.org para reclamar que la Seguridad Social empiece a hacer a las mujeres las mamografías cuando cumplen los 30 años. Ahora esas revisiones se hacen a los 45. Esta vecina de Xàbia ya hubiera llegado tarde. Otras muchas mujeres, también. La petición va dirigida al ministerio y a la conselleria de Sanidad.

Empezó a recoger firmas en noviembre. Y cuando vio que la cosa se frenaba en internet, cogió el montante y se fue a las voltes a peu y a las carreras de la mujer de los pueblos. También ha dejado hojas en los centros de salud.

Ya ha reunido 40.000 firmas. Maria explicó ayer a este diario que tiene unas 26.000 que le han llegado por internet y el resto están firmadas de puño y letra. Estas últimas las guarda en una caja en la que ha escrito la palabra «vida».

«Y no voy a parar. Si antes era guerrera, ahora lo soy más. No es sólo mi lucha contra el cáncer. He querido ir un poco más allá y luchar por todas esas mujeres que pueden evitar la enfermedad si se les detecta en fase inicial», explica.

Maria afirma que oncólogas del prestigio de Anna Lluch recomiendan que las mujeres se hagan mamografías cuando son jóvenes. «También es importante enseñar a las chicas a hacerse la autopalpación. Y si notan alguna cosa rara, deben ir pitando al médico. Una autoexploración de diez minutos al mes puede salvarles la vida».

Maria Ferrer ha mantenido durante toda la enfermedad una actitud muy optimista que ha reflejado en su página de facebook. Se ha convertido, sin quererlo, en un ejemplo para otras mujeres. Ha plantado cara a la enfermedad sin miedo. «Claro que he tenido momentos muy duros. Pero quería que mis hijos me vieran siempre fuerte», reconoce.

Ahora incluso ha contactado con la Casa del Rey. «Me gustaría que la reina Letizia se involucrara en adelantar las mamografías. También me he reunido con las concejalas de Xàbia de Sanidad y Servicios Sociales y están tramitándome una cita con la conselleria de Sanidad».

Ella va a seguir acudiendo a los pueblos a recoger firmas. Se ha enfrentado al cáncer sin miedo. Le gustaría decir bien alto que está curada, pero su doctora le pone los pies en el suelo. «La expresión que me dice que utilice es que estoy libre de la enfermedad. Todavía hay que ser cautos».

Maria atiende a este diario acompañada de su hijo mayor, Iván, de 22 años, que es tatuador profesional. «Hemos pensado que él con los tatuajes puede ayudar en las reconstrucciones mamaria», indica esta mujer que está dispuesta a seguir luchando sin complejos contra el cáncer.