Hoy se cumplen tres años de la desaparición de Khrystyna Savenchuk. Tenía 15 años y estudiaba en el instituto Número 1 de Xàbia. Salió de su casa para ir al centro. No llegó y ya nadie la vio. Sus compañeros no la olvidan. Ayer volvieron a realizar un acto de recuerdo y de rebelión contra el olvido. Mantienen la esperanza de volver a saber de ella. «Nos gustaría volver a verte por los pasillos del instituto. No te olvidamos», dijo una de sus compañeras.

Al acto acudieron los profesores y la concejala de Educación, Montse Villaverde. Han pasado tres años. No se apaga el sentimiento de impotencia, de dolor. La desaparición de la joven generó una inquietud que permanece. No hay ninguna pista de su paradero. Todo son incógnitas. Los alumnos aplaudieron con fuerza durante un minuto con la esperanza de que «Khrystyna nos escuche allí donde esté». Ainhoa cantó, acompañada a los teclados por Roald, una preciosa canción de homenaje a su compañera desaparecida.

Mientras, la profesora Tere Catalá leyó el poema de Neruda Oda a la esperanza. También lanzó una reflexión a los estudiantes. «Pensad en el peligro que hay detrás de las redes sociales», advirtió. «Puede que Khrystyna conociera a alguien a través de las redes y que la engañara», añadió.

Al principio de faltar la chica, que dejó a sus padres una carta en la que confesaba su angustia por haber roto con un novio de Alemania con el que se comunicaba a través de las redes, se sospechó de que podía estar sufriendo acoso y que mantenía una relación que la había anulado. En el instituto, era introvertida y apenas se relacionaba.

Esa pista, sin embargo, no aclaró nada. La Guardia Civil contactó con el joven de Alemania (de Klobenz) y descartó que estuviera implicado en la desaparición.