Es ya cuestión de semanas que la Cova Tallada se ponga de bote en bote. El pasado verano este gruta litoral, que forma parte de la reserva marina del cabo de Sant Antoni y del parque natural del Montgó, sucumbió a la masificación. Los turistas llegaban en tropel, tanto por tierra (por la senda que arranca en les Rotes de Dénia) como por mar (en kayak). «Este año estaremos, como mínimo, igual», advirtió ayer Joan Sala, presidente de la junta rectora del Montgó. Este organismo se reunió en Jesús Pobre y abordó las apreturas en la Cova Tallada. La junta fue una suerte de lluvia de ideas sobre cómo evitar que la gruta se llene hasta los topes. «O tomamos medidas de verdad o tendremos alguna desgracia seria», dijo Sala. El pasado verano, día sí y día también, acudían en helicóptero los bomberos a rescatar a algún excursionista accidentado.

El alcalde de Xàbia, José Chulvi (la gruta está en su término municipal), y el de Dénia, Vicent Grimalt (la senda se halla en su municipio), coincidieron en que hay que regular el acceso. Ambos, así como el nuevo director del parque natural del Montgó, Joseba Rodríguez, abogaron por establecer un cupo diario de senderistas que entren en la Cova Tallada. Ahora hay que definirlo. En la junta se acordó crear una comisión de trabajo y encargar un estudio de capacidad de carga de esta cavidad litoral.

Las empresas de turismo activo que organizan salidas en kayak se han adelantado. Han acordado no llevar a más de diez clientes en cada excursión y no hacer más de dos al día.

Este verano todavía no se aplicará el cupo de visitantes. Hay que establecer cómo se controla a los senderistas. El acceso de Dénia es, con diferencia, el más pateado. Pero también se puede bajar desde la Plana de Xàbia. Además,está el escollo del dinero. El munícipe dianense lo explicó de forma muy gráfica: «La cuestión es quién pone y paga al personal. ¿El parque natural? ¿La conselleria? Los ayuntamientos estamos como estamos».

El consistorio de Dénia sí que colocará ya este verano en el arranque de la senda, en les Rotes, una caseta informativa. Se tratará de disuadir a los turistas que no llevan calzado adecuado (muchos recorren la senda con chanclas), que van cargados hasta con neveras o que pretenden llegar a la cueva con niños pequeños. El parque del Montgó también colocará carteles para advertir de que la caminata entraña su dificultad.

Además, la Policía Autonómica colaborará por primera vez en la vigilancia.

El director del Montgó avanzó que restringir el acceso será obligatorio cuando esta gruta de Xàbia se declare Bien de Interés Cultural (BIC). La dirección general de Patrimonio ya ha planteado, dado el valor patrimonial de la cavidad, darle ese nivel de protección.

Los integrantes de la junta rectora sostuvieron que si sigue la masificación del pasado verano este ecosistema litoral sufrirá indefectiblemente daños.

El alcalde dianense lanzó que otra forma de hacer que los turistas se lo piensen dos veces es colocar carteles que avisen de que el rescate puede costarles 3.000 euros. Ahora no se están cobrando.

El parque del Montgó ha mejorado en estas pasadas semanas los tramos de senda más peligrosos. También ha colocado rejas en los agujeros de la bóveda de la cueva; hay una caída de unos 20 metros.