Baleària ha dado con la fórmula. Sus 25 barcos navegaron más y contaminaron menos. La compañía es más rentable y también más sostenible medioambientalmente. La apuesta por la «ecoeficiencia» es la clave. Así lo aseguró ayer su presidente, Adolfo Utor, quien, como ya es costumbre en los últimos 7 años, presentó en Dénia y ante una nutrida representación de la sociedad civil la memoria de responsabilidad social corporativa y sostenibilidad de Baleària. Lo hizo a bordo del barco Regina Báltica.

Utor subrayó que el futuro es el «smart maritime». Eso significa hacer las estaciones marítimas más sostenibles e inteligentes con, sobre todo, inversión en energía fotovoltaica, y también lograr que los ferries emitan menos CO2. Recordó que la naviera de Dénia ha sido pionera en propulsar sus barcos con gas natural licuado. Ahora está construyendo tres nuevos barcos (uno en los astilleros LaNaval de Bilbao y otros dos en Cantiere Navale Visentini de Venecia) propulsados con gas. Costarán más de 320 millones. «La innovación se enmarca dentro de la estrategia general de ampliación y modernización de la flota primando la eficiencia energética y el respeto al medio ambiente», afirmó.

El presidente de Baleària desveló también que con esa nueva energía la flota ha reducido un 40 % las emisiones de CO2, un 85 % las de óxido de nitrógeno y ha eliminado las de azufre y otras partículas. Incidió en que los barcos navegaron en 2016 un 13 % más que el año anterior y, sin embargo, han contaminado bastante menos. Los ferries cubrieron 1.045.000 millas.

Utor hizo una defensa del concepto de negocio, pero recalcó que deben ser «negocios responsables». Aseguró que el reto de su compañía es hacer buenos negocios y, a la vez, contribuir al crecimiento económico inclusivo y sostenible».

Abundó también en el impulso cultural, social y educativo de Baleària. Se mostró consciente de estar al frente de un sector trascendente pues conecta territorios. «Tenemos un propósito ilusionante y trascendental: tejer mares y facilitar el libre comercio y el libre movimiento de las personas frente a los muros y las fronteras», manifestó.

La naviera transportó el pasado año a 3,5 millones de pasajeros, así como 5 millones de metros lineales de carga (320.000 tráilers). Logró un volumen de negocio de 330 millones de euros.

Utor destacó otra variable, la del «cash flow social» (el retorno a sus grupos de interés). Fue de 347 millones de euros, de los que 184 correspondieron a los proveedores, 42 a las administraciones públicas, 35 a los empleados y 25 se destinaron a inversión. La naviera tiene nada menos que 5.938 proveedores, de los que el 85 % son locales.

La plantilla de Baleària es de 1.363 empleados. Utor destacó que hay trabajadores de 37 nacionalidades. Dijo que las tripulaciones más interculturales son también las más competitivas.