El movimiento se demuestra andando. Xàbia apuesta por el turismo sostenible. Y no solo de boquilla. Este verano liberará de coches la playa que más colapso ha sufrido en los últimos años, la de la Granadella. A partir del 1 de julio y hasta el 30 de agosto, los bañistas no podrán bajar en coche. A las 10 de la mañana, se bajará la barrera que el ayuntamiento instalará en el inicio de la carretera que lleva a la cala, la CV-7420. Hasta las 19 horas está prohibido bajar en automóvil. El consistorio pondrá en marcha un autobús gratuito. No será muy grande (unas 25 plazas), ya que el vial es estrecho y virado. Pero no parará de hacer viajes. Tendrá frecuencias de salida de entre 15 y 20 minutos. Los bañistas deben verlo por el lado bueno. Ellos también se liberan del agobio del coche. Aparcar en julio y agosto en la cala era un tormento.

Esta restricción se veía venir desde que hace unas semanas el ayuntamiento cerró el tramo de barranco que hasta ahora se había utilizado como aparcamiento (tenía capacidad para unos 70 coches) y también como vial de acceso a la playa. La Confederación Hidrográfica del Júcar se puso seria. Advirtió al consistorio de que le impondría una multa si seguía permitiendo que los coches invadieran el cauce.

Además, en los últimos veranos la Granadella ha sido un caos de coches. En el último, se habilitaron plazas en un vial bastante deteriorado que serpentea montaña arriba. Ese camino asfaltado permitía que la cala tuviera una segunda salida. Pero no hubo forma de aliviar el colapso. Las ambulancias, si había que evacuar a algún bañista, salían de la cala a duras penas.

El alcalde, José Chulvi, y las concejalas de Urbanismo y Servicios, Isabel Bolufer y Kika Mata, se reunieron ayer con los vecinos y empresarios de la Granadella, que acogieron muy bien el cierre al tráfico de la playa. Los veranos se habían vuelto insufribles. La fama que se ha ganado esta cala como una de las más bellas de España atrae en julio y agosto a una muchedumbre de bañistas.

El alcalde subrayó que el colapso de coches estaba mermando la calidad turística y ponía en riesgo la seguridad de los bañistas y vecinos, ya que complicaba la entrada y salida de los vehículos de emergencias.

Los vecinos y trabajadores de la Granadella sí podrán bajar a la cala con sus coches. Tendrán tarjetas de residentes. En la esta playa, hay un antiguo barrio de pescadores, la Avinguda del Tío Català. En sus casitas veranean propietarios y turistas que las alquilan. En la Granadella, también hay un puñado de chalés. En esta calle del Tío Català se reservará aparcamiento para los residentes, quienes también podrán utilizar los terrenos del antiguo cuartel de carabineros.

El alcalde dijo también que el cierre a los coches de la cala es una experiencia piloto. Precisó que las medidas son flexibles y se podrán adaptar a las necesidades que surjan.

Xàbia es pionera en este tipo de medidas en la Comunitat Valenciana. En las Baleares, van, en cambio, por delante. Las calas están ya libres de coches.