El arte engendra vida. El incendio que el pasado mes de septiembre arrasó 812 hectáreas en Xàbia y el Poble Nou de Benitatxell dejó la impresión de que la Granadella, carbonizada de punta a punta, y las pinadas tardarían décadas en recuperar la belleza de antaño. Pero nunca hay que perder la esperanza. El escultor Miguel Ángel Miguel García está creando vida allí donde no había más que cenizas. El parque de Pinosol, que está en una urbanización en la que llegaron a arder chalés, sufrió con dureza los estragos del fuego. Allí Miguel Ángel ha empezado a esculpir figuras con su sierra mecánica. Convenció al biólogo municipal y a la empresa que retiraba los árboles calcinados de que dejase algunos pinos.

«Les comenté mi idea de crear esculturas y les pareció bien. Empecé a marcar los árboles que quería esculpir y seleccioné una veintena», explicó ayer el artista, que ya se ha puesto manos a la obra. El primer día dio forma a un magnífico pájaro carpintero. Este sábado creó un sorprendente pelícano. En estos troncos que se daban por muertos corría la savia del arte.

Miguel Ángel es autodidacta. De pequeño tenía dotes para el dibujo y las manualidades. Pero no estudió arte. Se dedica al mantenimiento de jardines y a podar árboles. Hace cuatro años, en un reportaje de Discovery Chanel, descubrió la técnica de esculpir con una sierra mecánica. Comenzó y en seguida le cogió el tranquillo. Las ideas le surgen al mirar el pedazo de madera. Se imagina qué puede emerger y ejecuta su obra con una rapidez inaudita.

«Sí, vamos a crear animales y algún tótem. Quizás también hagamos una cabeza como las de la Isla de Pascua», avanza el escultor. Así, una pinada arrasada por el fuego se convertirá en un museo al aire libre. Estas esculturas también reivindican la fuerza de la naturaleza para reponerse a desastres tan terribles como el del incendio del pasado mes de septiembre.