La playa del Arenal de Xàbia no es, a veces, tan facilona como parece. El pasado verano la policía local incluso multó a bañistas que hicieron caso omiso a la bandera roja. Cuando hay temporal, en esta playa se forman remolinos. Y otro problema es que, cuando acaba la vigilancia oficial, muchos turistas, aunque el mar esté embravecido, deciden darse un chapuzón. La Cruz Roja de Xàbia conoce perfectamente todos estos problemas. Ha creado para este verano un grupo de voluntarios que estará al pie del cañón fuera del horario de vigilancia. El coordinador de playas, Javier Server, avanzó ayer que, a partir del 1 de julio, esos voluntarios apoyarán a los cuerpos de seguridad cuando se produzca una emergencia entre las 20 y las 10 horas.

El operativo de la Cruz Roja en las playas de Xàbia contará con 60 socorristas y sanitarios. Los medios van aumentando paulatinamente desde que la vigilancia se inició el pasado 1 de junio en el Arenal. Este fin de semana también se pone en marcha en la Grava y la Granadella. Y el 1 de julio estarán abiertos los puestos de la Barraca y el Benissero.

Además, en el Arenal hay este verano dos puestos de atención al bañista, uno de vigilancia y rescate y otro de atención sanitaria.

Mientras, la nueva empresa encargada del balizamiento ya ha empezado a instalar las boyas en las cuevas del Llop Marí y dels Òrguens. Es el segundo verano que se balizan para evitar que se cuelen embarcaciones y motos acuáticas. Además, la empresa instalará 62 boyas de fondeo en los tramos del litoral (por ejemplo el de la cala Sardinera) que invaden las barcas de recreo. Xàbia quiere evitar los fondeos masivos. Al arrojar el ancha, se producen daños en los fondos marinos. Otra novedad es que el balizamiento de la Grava se dejará todo el año. Así esta playa se convertirá en la primera de invierno de la Marina Alta.