El sobrenombre de Mañet se identifica en Teulada con hospitalidad. La centenaria fonda Mañet fue uno de los primeros establecimientos con incipiente vocación turística. El fundador no pudo elegir mejor lugar para levantar la hospedería: la playa del Portet de Moraira. Ahora su bisnieto, José Vicente Llobell, quien mantiene el apodo familiar de Mañet, le ha dado una vuelta de tuerca al negocio familiar. La fonda que luego gestionaría su abuelo y, más tarde, su padre, renace como un espectacular hotel con encanto. La noche del jueves se inauguró el remozado establecimiento, ahora bautizado como «Mañet Casa de Huéspedes». El nombre enlaza con la historia de esta fonda pionera.

«Mi padre murió cuando yo tenía 11 años. Alquilamos durante algún tiempo el negocio. Lo recuperamos en 1997 y, en 2003, empezamos a hacer el proyecto que hoy culmina», explicó el mismo jueves Llobell. Reformular la antigua fonda no ha sido sencillo. Los propietarios pararon las obras en 2005. Diez años después, las reiniciaron. Interpretaron que había llegado el momento de lanzarse de cabeza al nuevo concepto de hotel con encanto. Y tras 20 meses de vertiginoso trabajo, el resultado impresiona. El establecimiento tiene nueve habitaciones de cuidado diseño. «La estructura original la hemos mantenido», aclaró el propietario. «Sí que hemos incorporado la piscina y la terraza. Además, todas las empresas que han trabajado aquí son de Teulada-Moraira».

La combinación de tradición (muros de piedra en seco, arcos y fachada de tosca, paredes enjalbegadas) y modernidad (hay detalles tan sorprendentes como el de la barandilla que se abre en la pared) es perfecta.

«Jugamos, claro está, con ventaja. Este entorno es privilegiado», subrayó Llobell. Y tanto. La terraza del hotel se asoma a la playa, al mar y al Cap d´Or. Tiene una puerta que abre directamente al paseo marítimo del Portet. La playa está, literalmente, a un paso.

La directora del hotel es Mari Trini Bertomeu, esposa de José Vicente. El negocio mantiene así su seña de identidad familiar. Con todo, el propietario avanza que la plantilla la formarán entre 15 y 20 trabajadores. El hotel, además, se diversifica. Contará con un restaurante abierto a todo el mundo. Los jefes de cocina son los chefs benisseros Raúl Pastor y Macarena Fortón.

Eso sí, el hotel Mañet no se apunta a la moda del chill out. «Sabemos que estamos en un entorno urbano y no queremos molestar el descanso de los vecinos», precisó Llobell.

Otra tradición que los propietarios han mantenido es la de bendecir el establecimiento. Lo hizo el párroco de Teulada y Moraira, Vicente Solera. Pero la verdadera bendición es aquí el paisaje. La playa del Portet es de las más bellas de la Comunitat Valenciana.