Los socorristas y la policía local ya pueden cansarse de colocar señales indicando que está prohibido saltar al mar desde los acantilados y los salientes de piedra. Conminar con multas a los turistas apasionados del vértigo resulta más efectivo. Pero cuesta persuadir a los bañistas. Saltar al vacío es peligroso, pero está de moda. Y los turistas se las terminan ingeniando para encontrar una cornisa desde la que lanzarse al mar sin ser descubiertos.

En Xàbia, un municipio con un escarpado litoral, este verano ya han ocurrido varios accidentes de bañistas que saltan desde los acantilados de Ambolo, la Illa del Descobridor o el Tangó. La policía ha avisado de que esa práctica es peligrosa. Mientras, el Poble Nou de Benitatxell ha evitado accidentes que sí han ocurrido otros veranos en el Moraig con la fórmula que parece más disuasoria: la de las sanciones.

Sin embargo, es complicado tener ojos en el extenso litoral de acantilados y en todos sus recovecos. Los bañistas han encontrado, de hecho, ahora un saliente desde el que tirarse al agua sin temor a ser vistos. Está dentro de la Cova dels Òrguens de Xàbia. Si saltar al vacío ya dispara la adrenalina, hacerlo dentro de una gruta marina todavía tiene un punto más de temeridad.

Los bañistas escalan por una «chimenea» hasta alcanzar una cornisa situada a unos seis metros de altura. Primero acostumbran la vista, ya que dentro de la cueva hay menos visibilidad que en los acantilados. Trepan por un agujero que les lleva a un saliente. Hasta ahora ese trampolín natural era poco conocido, pero este verano ha empezado a correrse la voz. Esta gruta, visitada por excursionistas en kayak y en motos de agua (las dejan fuera, ya que la entrada a la cavidad está balizada) o por navegantes que fondean fuera y llegan a nado, ha dejado de ser un lugar medio secreto del litoral de Xàbia. Los fines de semana del verano está bastante concurrida. Y cuando los turistas ven a un bañista escalar y desaparecer por una «chimenea» natural y luego asomar por un agujero y tirarse al agua, lo imitan. Los turistas buscan experiencias trepidantes y únicas. Y no hay muchas cuevas marinas con suficiente altura (en la Marina Alta la única es la dels Òrguens, que está debajo del Cap de la Nau) como para poder lanzarse al vacío y hacer un poco más extrema la arriesgada moda de los saltos.