De utilizarla solo los residentes a convertirse en el vial de salida de la concurrida playa de la Granadella. Por la calle Pic Tort de Xàbia pasan ahora cada día entre 200 y 300 coches de los bañistas que bajan con sus vehículos a la cala antes de que se cierre y sólo se pueda llegar en autobús. Los propietarios de chalés de esta calle están hartos de ese desfile de coches.

El pasado 7 de junio recibieron una carta del ayuntamiento en la que se les anunciaba que el vial Pic Tort se «habilitaba como salida y aparcamiento de la cala». Aseguran que se ha generado un «extraordinario peligro». Indican que el primer tramo del vial está «precariamente asfaltado, lleno de baches y tiene curvas de 180 grados». Además, está colgado del barranco y carece de pretil y quitamiedos.

El segundo tramo es el que ya entra en la zona residencial de chalés. «Es una calle sin aceras, con el pavimento muy deteriorado, de anchura tan limitada que en algunos puntos hace difícil el cruce de dos vehículos circulando en sentidos opuestos». Los residentes precisan también que hay aquí siete curvas cerradas y «sin visibilidad alguna». Advierten de que esas curvas, que están además en tramos de calle estrechos, «hacen verdaderamente peligrosa la circulación indiscriminada» de vehículos.

El pasado verano está calle ya se habilitó para utilizarla como vía de escape en caso de emergencia. Pero el pasado julio, al restringir el ayuntamiento el acceso de coches a la Granadella (está prohibido de 10 a 19 horas, aunque se deja pasar mientras hay sitio para aparcar en el arranque de Pic Tort), ese vial precario se empezó a usar para que los bañistas salgan en sus coches de la cala. Los vecinos afirman que los turistas no conocen el virado y estrecho trazado y circulan a demasiada velocidad. Se topan con los residentes que, en sentido contrario, conducen a sus casas y con peatones.

Los vecinos consideran que debería mantenerse la solución de siempre de facilitar que los vehículos salgan de la Granadella por la carretera de acceso. Lamentan, además, que el consistorio «anteponga los intereses del turismo masificado de julio y agosto al de los vecinos que viven todo el año».

El ayuntamiento, tras el colapso de coches que la Granadella había sufrido en anteriores veranos y tras prohibir la Confederación Hidrográfica del Júcar que se siguiera utilizando el barranco como vial y aparcamiento, decidió limitar estos meses de julio y agosto la entrada de coches. En los primeros días, fue muy estricto. Los bañistas bajaban en un autobús gratuito. Pero luego el consistorio ha hecho un poco de manga ancha. Deja pasar coches mientras hay aparcamiento en un extremo del angosto vial de Pic Tort.